Cobra la Supercopa de España una dimensión desconocida para el Barcelona, antaño considerado torneo menor y actualmente un campeonato que llega en un incómodo momento, con el equipo azulgrana evidenciando una crisis de identidad, con lagunas en el juego, una preocupante fragilidad defensiva y escasa contundencia fuera de casa. Todo ello le obliga a tratar de ganar el trofeo, con el que espantar momentáneamente la zozobra de las amenazantes críticas. El Atlético es el primer escollo, un rival con el que ya sufrió esta temporada y al que ganó en los últimos minutos gracias a un gol de Messi. Buena parte de las esperanzas de Ernesto Valverde está puestas en Luis Suárez, el futbolista que se ha echado el equipo a sus espaldas y le está aguantando de pie en estos momentos de dudas e inquietud. El uruguayo fue escogido por la Liga como el mejor jugador de diciembre del campeonato nacional gracias a sus tres goles y seis asistencias, una racha que se ha prolongado durante este inicio del 2020, ya que también marcó y asistió en Cornellá este pasado fin de semana en el derbi ante el Espanyol. Precisamente, Suárez inició su mejor versión en el Wanda Metropolitano, donde asistió a Messi para que sumara los tres puntos para el equipo culé. Mallorca, Real Sociedad y Alavés también sufrieron los rigores del charrúa, que espera prolongarlos hoy ante el Atlético contribuyendo a una victoria que permita al Barça alcanzar la final. Futuro incierto Se está ganando Suárez la renovación (acaba contrato en junio de 2021) por méritos propios pero no parece el Barcelona demasiado dispuesto a proponerle prolongar su vinculación. Los 81 millones que se pagaron en 2014 al Liverpool, no solo están amortizados sino que se antojan como excelentemente bien invertidos a tenor del rendimiento que ha dado, pero el club prefiere apostar por un relevo joven (el delantero cumple este mes 33 años) y de garantías. Salvo que Messi, íntimo amigo suyo, intervenga.De Deportes https://ift.tt/39O3nTQ
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