
Por un día, el viejo anhelo del Gobierno que preside Manuela Carmena de echar al vehículo privado del centro de Madrid vio ayer «cumplidas» sus expectativas. El rodaje del nuevo «thriller» de Jaume Balagueró, «Way down», convirtió el entorno de la plaza de la Cibeles en un escenario por el que desfilaron numerosos profesionales y figurantes. Pero como la ficción nunca está por encima de la realidad, el cerrojazo capitalino afectó también a decenas de miles de transeúntes que vivieron una verdadera odisea para sortear las calles afectadas. Entre las 12 del mediodía y las 4 de la madrugada, la película coesrita por Andrés Koppel, Borja González Santaolalla, Rafael Martínez, Michel Gaztambide y Rowan Athale, y protagonizada por el actor británico Freddie Highmore -conocido por su papel en «The good doctor»-, obligó a cortar el perímetro delimitado por las calles de Prim, Marqués de Duero, Alfonso XI, Ruiz Alarcón, Zorrilla, Los Madrazo, Alcalá (desde la confluencia con la Gran Vía hasta la Puerta de Alcalá) y Barquillo. Una descomunal superficie que provocó largas caminatas y un sinfín de explicaciones en cada una de las barreras levantadas por la grabación. «Para ir a la Puerta del Sol tienes que ir por la glorieta de Neptuno o llegar casi hasta Colón», fue una de las frases más repetidas por el personal de la productora, en el extremo más cercano al Ayuntamiento. Aunque las quejas fueron la tónica reinante entre la mayoría de personas que se topó con el vasto rodaje, la jornada transcurrió sin incidentes reseñables. Dentro de la zona acotada, los operarios reprodujeron la celebración del Mundial de Fútbol conquistado por la selección española nueve años atrás. Así, las camisetas, bufandas y banderas rojigualdas se amontonaron para dejar paso al verdadero entramado del filme: el asalto al Banco de España. Freddie Highmore, en el papel de Thom Laybrick, un joven ingeniero británico que debe burlar todas las medidas de seguridad y hacerse con el botín de la cámara acorazada, aprovechó la ocasión perfecta para lograr su cometido en tiempo récord. La magnitud del plan, que incluyó camiones militares, vehículos policiales y ambulancias -conducidos por figurantes-, motivó la modificación del recorrido de hasta 47 líneas de autobuses de la EMT: 20 diurnas y todas las nocturnas, a excepción de la N28. Cabe recordar que la plaza de Cibeles es el punto de partida de todos los «búhos» de Madrid. Por si fuera poco, el cierre parcial de la línea 2 de Metro, entre las estaciones de Sol y Retiro, añadió un escollo más a la movilidad de los ciudadanos, curiosos algunos, que no tuvieron ocasión de ver rostros conocidos del cine patrio como Luis Tosar, José Coronado y Emilio Gutiérrez Caba. Dada la lejanía con el set de rodaje, el «público» se tuvo que conformar con observar la flota de camiones, carpas y otros elementos desplegados. La cinta, que cuenta también con la participación de Liam Cunningham, Sam Riley, Famke Janssen o Astrid Bergès-Frisbey, terminará de grabarse en julio y estará presente en diferentes puntos de la capital, municipios de la región, enclaves de la costa española e Inglaterra. Y todo, bajó la dirección de Jaume Balagueró, que, junto a Paco Plaza, sorprendió en 2007 con el estreno de «[REC]». Después llegarían «[REC] 2» (2009), «Miedo» (2010), «Mientras duermes» (2011), «[REC] 4 Apocalipsis» (2014) y «Musa» (2017). Reconocido con numerosas nominaciones y premios, el cineasta revolucionó ayer el Domingo de Ramos con una puesta en escena digna de las grandes producciones de Hollywood. Mientras las cámaras estaban encendidas, turistas y paseantes aprovecharon la ocasión para sacarse selfis sentados en el centro de la calle de Alcalá o tomar el sol en la hilera de césped del paseo de Recoletos. Una situación que, sin embargo, contrastó con las inesperadas molestias causadas. «Ahora, ¿cómo llego a tiempo?», señalaba una mujer que, atrapada en el improvisado laberinto cinematográfico, no llegó a tiempo al Teatro de la Zarzuela. Al igual que ella, fueron muchos los que tuvieron que aplazar sus planes ante el despliegue de un «thriller» que ayer, en el centro de la capital, no dejó indiferente a nadie. Un trabajador de la productora da indicaciones a varios paseantesLas quejas se repitieron en todos los accesos al set Lejos del glamour que rodea al mundo del cine, decenas de miles de ciudadanos se vieron ayer atrapados en un laberinto de dimensiones extraordinarias. El estupor ante lo que muchos consideraron un «escándalo» se vio pronto reflejado en las continuas reclamaciones de los viandantes, sorprendidos por un despliegue que cerró el centro de la capital durante más de 16 horas. «Me da igual la película que sea, esto es una faena», apuntaba un hombre, a la altura de la calle de Alfonso XI. Allí, los trabajadores de la productora se tuvieron que emplear a fondo para calmar el ánimo de los afectados. «Resulta que para cruzar 30 metros, tenemos que andar más de un kilómetro», precisaba un grupo de mujeres, en dirección a la glorieta de Neptuno. A lo largo de todo el perímetro delimitado, las caminatas y los paseos en bicicleta fueron una constante. «Los autobuses no sabemos dónde se cogen, así que preferimos movernos en bici», apuntaban dos jóvenes, en pleno uso del servicio de Bicimad. La utilización de patinetes eléctrico también fue otra de las soluciones empleadas. En cuanto al transporte público, las líneas de autobús de la EMT 1, 2, 5, 9, 10, 14, 15, 20, 27, 34, 37, 45, 51, 52, 53, 74, 146, 150, así como el Exprés Aeropuerto y el Servicio Especial por el cierre parcial de la línea 2 de Metro, vieron modificado sus recorridos. «Me he bajado en Retiro porque está cortado y resulta que no puedo coger el autobús especial ni cruzar la zona andando», incidía un usuario a la salida del suburbano. Por la noche, todos los «búhos», a excepción del N28 en dirección a Aravaca, también sufrieron cambios. Las líneas N1, N22, N23 y N24 limitaron su trazado hasta la plaza de Colón; la N2, N3, N4, N5, N6, N7, N8 y N27 hasta la Puerta de Alcalá; la N9, N10, N11, N12, N13, N14, N15 y N17 hasta Neptuno, y la N18, N19, N20 y N21 hasta la calle de Jacometrezo. Superada la jornada, la capital recobró el pulso tras un domingo atípico de cine.
De España http://bit.ly/2Uz26fv
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