Tras un 2017 repleto de éxitos tanto en lo profesional como en lo personal, a Serena Williams este comienzo de año se le está haciendo un poco cuesta arriba. El año pasado, la deportista se convertía en la tenista con más títulos de Grand Slam en la Era Open (23 trofeos). A este reconocimiento se le sumó otros de sus mayores logros: la maternidad. En septiembre nacía su pequeña Alexis Olympia y dos meses después se casó con el empresario Alexis Ohanian. When everything comes together for your wedding with a @alexandermcqueen Wedding gown by Sara Burton. cover by @ericamelissa_ @allanzepedaphotography @melbarlow @mistadubb check out behind the scenes shots. I'm missing the fittings! Dream world My dear Sara Burton I love you so. Una publicación compartida de Serena Williams (@serenawilliams) el 9 Ene, 2018 a las 6:18 PST Sin embargo, el hecho de convertirse en madre le ha generado una serie de complicaciones con las que Williams no contaba. Según explica la tenista, tuvo que someterse a una cesárea de urgencia porque los latidos de su bebé eran más lentos de lo habitual. Cuando le dieron el alta, descubrieron que los problemas se debían a que tenía pequeños coagulos de sangre en los pulmones. A raíz de esto, empezó a sufrir toses fuertes que hicieron que los puntos de la cesárea se abrieran y tuvo que permanecer cerca de seis semanas en cama. Una vez pasado este primer trance, se concentró en disfrutar al máximo de su pequeña. Pero según admitió la propia tenista, este proceso no ha resultado ser tan fácil como pensaba. «Nadie habla de los momentos bajos, la presión que sientes, la increíble decepción cada vez que escuchas al bebé llorar. Me he venido abajo no sé cuántas veces», confesó. Just how I look at her Una publicación compartida de Serena Williams (@serenawilliams) el 16 Ene, 2018 a las 6:39 PST Esta mezcla de sentimientos viene motivada por su ansiedad, una enfermedad de la cual la estrella habla abiertamente. «Ella es tan frágil que nunca quiero dejarla sola en casa...es increible la ansiedad que siento», afirmó Williams al Huffpost. Y añadió: «Hay veces en las que me acercaba a ella y ponía el dedo bajo su nariz para comprobar que respiraba. Aún lo hago, y de hecho, ayer quería hacerlo. Es la única forma de decirme que todo va bien».De Estilo https://ift.tt/2HJQzU1
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