Hay personajes que necesitan ser el foco de atención en los momentos transcendentes. Dicho en plata: que desean que se hable de ellos todo el tiempo, aunque sea para mal. El especialista de ese arte en el mundo del fútbol es Cristiano Ronaldo; en la política, Pedro Sánchez quien, cada vez queda más claro, ha presentado una moción de censura con el único propósito de acaparar titulares y retomar el papel de líder de la oposición. Por lo que se ve, Sánchez sufre los mismos ataques de celos con cada encuesta en la que Ciudadanos supera al PSOE que Ronaldo cuando Bale marca un gol de chilena en la final de la Champions. Un divo nunca puede soportar la afrenta de ser relegado al papel de actor secundario. Cristiano se negó a celebrar con sus compañeros la victoria del Madrid en el césped de Kiev. El secretario general del PSOE presentó la moción de censura deprisa y corriendo, antes de que Rivera se erigiera en el castigador de Rajoy tras la sentencia de la Gürtel. Hasta ayer todos los líderes políticos esperaron en vano la llamada del secretario general del PSOE para negociar con él las condiciones. Los contactos establecidos al fin no consisten en ceder, simplemente en hablar. También los barones de su partido acudieron al Comité Federal esperando que Sánchez les hablara de sus posibilidades. Unos y otros han comprendido al fin que solo se trata de una maniobra táctica. Sabe que no va a ganar, ni quiere hacerlo comprometiéndose con los partidos nacionalistas, ni cediendo ante Ciudadanos. Solo desea que le visualicemos como presidente del Gobierno, aunque sea para asustarnos, y poder decirle cuatro cosas bien dichas a Rajoy desde la tribuna a la que no tiene acceso el resto del tiempo porque no es diputado. Ronaldo consiguió acaparar la atención de toda España dejando caer que estaba pensando abandonar el Madrid porque esa era su única manera de ser el protagonista de la noche. Lo consiguió. Sánchez también está logrando sus objetivos. Por ahora. Bajo su liderazgo el PSOE había caído en la irrelevancia. De pronto, acapara todas las portadas de periódicos y telediarios. Pero ahí acaba el parecido de su caso con el de la estrella del Madrid. A Cristiano ya se le ha perdonado el desliz porque, aunque de vez en cuando tenga un día malo, pocos partidos terminan sin que meta un gol. Está por ver lo que sucede con el aprendiz de Ronaldo cuando se cuenten los votos y los suyos descubran que solo se trató de un paripé.
De España https://ift.tt/2LIkOch
0 comentarios:
Publicar un comentario