Hasta no hace mucho -al menos, hasta que estuvo casada con David Bustamante -, Paula Echevarría registraba en sus redes sociales cada paso que daba, ya fuera laboral o vacacional. Ahora que ya es una mujer divorciada y tras hacer oficial su noviazgo con el futbolista Miguel Torres, la popular actriz se ha vuelto mucho más cauta y misteriosa. Hace unos días, informó a través de su blog que ponía pies en polvorosa... no se sabe dónde «¿Quién se va de puente? ¡Yo! ¡Y en Madrid más que puente es acueducto! Así que quien tenga la suerte de poder disfrutarlo que lo aproveche. ¡El jueves vuelvo!», escribió a sus seguidores. Y poco más, salvo alguna publicación en su cuenta de Instagram, como la imagen en la que posa con flores en la cabeza junto a su buena amiga Elena Hernández, de la agencia de comunicación Just Be, con el texto: «Modo puente con mi @kre8helen». O un par de smoothies. Se sabe, de cualquier modo, que Echevarría puso rumbo a Málaga -el viernes se la vio en la estación María Zambrano de la capital andaluza-, en compañía de Torres y de su hija Daniella. La revista «Semana» sitúa a la «nueva familia» en Marbella, donde el futbolista tiene una casa en la que se ha alojado Paula y su hija. El pasado sábado, se les pudo ver con un grupo de amigos en la terraza del Trocadero Playa. A la espera de que el futbolista deshoje la margarita de su futuro, una vez que el Málaga ha descendido a la Segunda División, Paula Echevarría ha optado por envolver en un halo de misterio sus antaño súper publicitadas vacaciones.De Estilo https://ift.tt/2HDa8xb
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