jueves, 24 de mayo de 2018

Las líneas rojas que el PNV le impone a EH Bildu para lavar su imagen

Frágiles son los cimientos del futuro Estatuto vasco, cuyo preámbulo fue aprobado este miércoles con el único apoyo de PNV y EH Bildu. Incapaces de sumar a su causa al resto de grupos con representación en la ponencia de Autogobierno, organismo encargado de elaborar el nuevo reglamento, nacionalistas y soberanistas hicieron valer su mayoría para sacar adelante un texto que alude tanto al derecho a decidir como al concepto de «Euskal Herria». La polémica acompañará también al proceso de redacción del título preliminar, que podría incluir una distinción entre «ciudadanía» y «nacionalidad» vasca. No es nueva la iniciativa de PNV y EH Bildu, la cual formaba parte del «plan Ibarretxe» que tumbó en 2005 el Congreso de los Diputados. En concreto, el borrador del título preliminar describe a los ciudadanos vascos como aquellas personas que tienen «acceso a los servicios públicos» y que viven «en el sujeto político con independencia de cuál sea su procedencia». Por otro lado, explica que la «nacionalidad» será reconocida a la población «en los términos regulados por Ley» y teniendo en cuenta «el carácter plurinacional del Estado español y el nuevo modelo de relación» que pretenden establecer entre un País Vasco de corte «confederal» y España. Una terminología ambigua que, en palabras de la portavoz de los soberanistas, Maddalen Iriarte, no sería utilizada para «discriminar a nadie». Una categorización que añade más polémica a la ponencia de autogobierno, que ayer aprobó la propuesta de PNV y EH Bildu para el preámbulo del nuevo Estatuto. Un texto que fue rechazado por PSE, PP y Elkarrekin Podemos y que reconoce la capacidad de la ciudadanía del territorio «para decidir, expresar y ejercer su voluntad colectiva», así como la existencia de una «Euskal Herria» conformada por siete territorios, incluidos Navarra y el País Vasco francés.

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