Ingenio opaco

Me gusta pensar que las trampas siempre salen a la luz, pero no es así. De hecho, la categoría de mentiroso perfecto solo se alcanza si no te descubren nunca. Por lo tanto, nunca sabremos cuántos mentirosos hay, ni tendremos la oportunidad de analizar cómo se comportan. Para estudiar a un ejemplar de mentiroso habría que desenmascararlo antes, y en ese mismo instante dejaría de ser perfecto. Eso es lo que le ha ocurrido con Juan Rafael Caballero Lozano primer teniente de alcalde del ayuntamiento de Ingenio. Ha presentado su dimisión y renuncia de todos sus cargos porque al parecer le han pillado en una monumental mentira. ¿Cómo podemos confiar en unos políticos que mienten sobre sus títulos y sobre su lugar de nacimiento? Si nos mienten en estas chorradas, ¿por qué nos van a decir la verdad en las cosas que realmente nos importan? ¿A partir de ahora cuando Asier Antona haga cualquier afirmación en sede parlamentaria debemos creerle? ¿Debemos fiarnos? El otro día, Australia Navarro (PP) dijo que ella estaría dispuesta a enseñar sus títulos sin ningún problema. A los pocos días rectificó y dijo que no se pueden enseñar porque el reglamento del parlamento canario no obliga a acreditar los títulos. ¿Qué ha pasado para que cambie de opinión en tan pocos días? ¿Sabe algo raro Navarro en la titulación de algún diputado? No es un tema menor. Juan Rafael Caballero puede acabar imputado si se demuestra que en algún momento de su vida a ejercido de medico sin titulación. Ya lo dijo Aristóteles: «El castigo del embustero es no ser creído, aún cuando diga la verdad». Vale todo. Desde un alcalde que parecía serio que es capaz de presentarse en unas oposiciones suplantando la personalidad de su hijo. O llamar al alcalde de turno para decirle que se interese por su sobrina que se ha presentado a unas oposiciones a policía local y le falta pasar la última prueba.

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