Novak Djokovic ha ganado doce Grand Slams. Durante tres años fue el rival casi imbatible. Encadenó una de las mejores rachas que se recuerdan en un excelso 2011 en el que conquistó diez títulos, con el Abierto de Australia, Wimbledon y el US Open. También fue intratable en 2015, con 11 títulos y de nuevo el triplete de Australia, Londres y Nueva York. Por fin, en 2016, lo que le quedaba, Roland Garros. Djokovic lo ha conocido todo... lo positivo. Pero en 2017 experimentó sensaciones que desconocía. Porque nunca había tenido que pasar por ellas, tan buena había sido su carrera. La lesión en el codo le mostró la cara más amarga del deporte. Y de todo ello se está recuperando. «Es un proceso. Algo que tengo que aceptar. Creo que me encuentro mucho mejor que hace dos meses. Después de seis meses fuera por el codo, volver entrenarme, estar preparado para la pretemporada, y que volviera a doler el codo... no es una sensación agradable. Apreté los dientes y fui hacia delante. Jugué en Australia donde no estaba preparado, luego pasé por la operación que requería tiempo. Eso tiene consecuencias en tu cuerpo que nunca había experimentado. Nunca había pasado por una operación antes. Son cosas que se supone que me tenían que pasar, para aprender lecciones, hacerme más fuerte, hacerme crecer, evolucionar como persona, como jugador». Así que la victoria sobre Kei Nishikori es un respiro y un impulso en su camino hacia sí mismo. «La confianza es exactamente lo que necesitaba, este tipo de partidos y este tipo de victorias. No tengo expectativas muy altas en el torneo. Obviamente, en doce meses la situación es muy diferente. Así que solo estoy tomándomelo día a día, construyendo mi juego, porque siento que esa es la prioridad ahora. Por supuesto, voy a intentar llegar lo más lejos que pueda, de otra manera no estaría aquí. Y sí, Roland Garros es el mayor torneo en esta superficie. Pero ahora mismo estoy centrado en este torneo, que es uno de los más importantes del mundo también. No deberíamos hablar de Roland Garros ahora». Una de las soluciones que encontró para reencontrarse fue volver con su entrenador de siempre. Y parece que empieza a funcionar. «Estoy contento con mi equipo. Estoy feliz de tener a Marian y G. G. de vuelta en mi palco, de vuelta en mi equipo, de vuelta en mi vida. Si alguien conoce mi juego y me conoce bien como persona, son ellos dos». Para reencontrarse.De Deportes https://ift.tt/2IkJB7z
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