Cuenta atrás para que el Príncipe Harry y Meghan Markle se conviertan en marido y mujer. Este sábado 19 de mayo se celebra la boda más esperada del año y el palacio de Kensington tiene controlado hasta el último detalle para que salga todo a la perfección. Durante estos días se pulirán los últimos preparativos y ensayos para el gran día. La ceremonia, que se llevará a cabo en la Capilla de San Jorge de Windsor. El evento también incluirá dos recepciones oficiales y un paseo en carruaje por los alrededores de Windsor para saludar a los cientos de ciudadanos que acudirán a ver por primera vez a la pareja como marido y mujer. La pareja ha roto con la tradición al escoger un sábado para celebrar el enlace, pues normalmente las bodas reales se ofician en días entre semana. Así pues, la boda de los duques de Cambridge se celebró un viernes y la boda de los Príncipes de Gales un miércoles. Todo esto se debe a que, a diferencia de su hermano mayor el Príncipe Guillermo, Harry ocupa el sexto lugar en la línea sucesoria. Por lo que no será una ceremonia de Estado y por tanto no debe ceñirse a un protocolo estricto. Aunque la Familia Real británica pagará los costes de la boda, entre ellos los del servicio religioso, la música, la decoración floral y la recepción, los gastos de seguridad correrán a cargo del contribuyente. A diferencia del resto de bodas reales británicas, este sábado no se considerará día festivo para los ciudadanos, sin embargo los bares y resto de locales podrán permanecer abiertos hasta la 1 de la madrugada del viernes 18 de mayo y el mismo día de la boda. «La boda real será un momento de celebración nacional, y queremos que todos puedan aprovechar al máximo una ocasión tan histórica», aseguró Amber Rudd, miembro de la Cámara de los Lores y ex ministra de Interior del Reino Unido. «Espero que se les permita a las personas flexibilidad para participar de lo que será un momento muy especial para el país».De Estilo https://ift.tt/2InsRxo
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