Calma tensa ante un rival impredecible

Si sale usted a la calle y le pregunta a un aficionado madridista por sus deseos, el 99,9 por ciento le dirá que firmaba llegar todos los años a una final de Champions a costa de tirar por la borda de malas maneras la Liga y la Copa. Es el ADN del Real Madrid. La Copa de Europa. No hay competición ni partido igual que una final continental, que saca lo mejor de un club y unos jugadores que están a solo noventa minutos (120 en caso de prórroga) de entrar en la leyenda del fútbol y del propio Real Madrid: «Detrás de todo esto hay mucho trabajo y mucho talento», recuerda Zidane. «La clave es el hambre y la ambición», desvela Sergio Ramos. Los blancos llegan a Kiev tras una montaña rusa de temporada. Empezaron muy alto, conquistando la Supercopa de España y la de Europa ante Barcelona y United, en ambos casos con un fútbol excepcional que recibió el aplauso unánime mundial. Pero pronto vino el bajón. Un inicio de Liga deprimente le dejó sin opciones de título ya en diciembre, tras el doloroso 0-3 en el clásico del Bernabéu. En Copa, el fiasco fue más hiriente. Eliminación en cuartos ante el Leganés, capaz de remontar el 0-1 de la ida en Butarque con un 1-2 en el Bernabéu. Ahí vivió Zidane su momento más delicado como entrenador del Madrid. Tanto que reconoció que se jugaba el puesto en la Champions. Era finales de enero y el Madrid estaba sin opciones en Liga, eliminado del torneo copero y con Neymar en el horizonte de la Copa de Europa. Todo era oscuro hasta que salió el inimitable gen europeo del Madrid, dejando por el camino a PSG, Juventus y Bayern: «Cuanto mejor es el rival, más valor tiene la victoria. Hemos eliminado al campeón de Francia, de Italia y de Alemania. Ahora toca rematar el camino en la final ante un grandísimo equipo con un grandísimo entrenador». De la previa a la final Como dice Ramos, enfrente tendrá el Real Madrid un fabuloso equipo, pero la realidad es que el Liverpool jamás hubiera pensando estar en Kiev hace nueve meses, cuando comenzaba su camino en la actual Champions. Lo hizo a mediados de agosto, en esa fatigosa ronda previa donde no tienes nada de que ganar y mucho que perder. Ahí eliminó el Liverpool al Hoffenheim, iniciando una inmaculada trayectoria comandada por tres bichos ofensivos que ya han hecho historia en la competición. La «MSF» (Mané, Salah y Firmino), el potente ataque del equipo inglés, son los máximos responsables de los 40 tantos del Liverpool en el torneo, donde han goleado a la mayoría de sus rivales, como al City de Pep, brillante campeón de la Premier con 100 puntos y 32 partidos ganados. Cuidado. Entre senegalés (9), egipcio (10) y brasileño (10) acumulan 29 de los 40 goles del Liverpool, uno más que las 28 que sumaron Cristiano, Bale y Benzema en la Champions de 2014, hasta esta edición récord de la competición. «Para nosotros tres lo más importante es ayudar al equipo a marcar goles, sin importar quién lo haga», explica Salah, nombrado mejor jugador de la Premier y principal amenaza del Madrid en Kiev, si el Ramadán no lo impide: «La religión es un tema muy personal y privado. Solo os puedo decir que está en perfecta condiciones físicas», sentencia Klopp

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