Escuchó un 'clak', pero siguió. Al día siguiente, tenía una rotura en el escafoides y una bota puesta en el pie derecho. No lo sabía entonces, pero Sara Sorribes (Castellón, 1996) pasaría seis meses fuera del tenis, desde septiembre hasta abril. Un proceso largo, lleno de dudas, en el que hubo mucho trabajo de respiración, aceptación y superación, paso previo por torneos ITF, para recuperar el tenis y la pasión. Esa que mueve a la castellonense y con la que afronta este Wimbledon –debuta mañan con Marta Trevisan– con un objetivo claro: disfrutar de ser tenista otra vez. —¿Cómo está? —Estoy bien. Estuve en Eastbourne, pero no pude jugar en individual y perdimos en dobles en primera ronda, pero me... Ver Más
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