domingo, 2 de julio de 2023

Luis Ortiz el incombustible de la Tercera división: 47 años tres hijos un trabajo de madrugada y 23 campañas en la categoría

De joven, entrenadores y compañeros se referían a él como 'el indio' por la larga y llamativa melena que lucía en los campos de la Comunidad Valenciana, un apodo cariñoso que dejó de escuchar hace tiempo porque su cabeza aparece ahora despoblada. «Ya nadie me llama 'indio'. He pasado a ser 'Luisito'. A mi edad, la verdad, me hace gracia porque me lo dicen chavales que podrían ser mis hijos». Camino de cumplir 47 años, Luis Ortiz ha perdido el pelo, pero no las ganas ni la ilusión por seguir jugando al fútbol, donde se ha convertido en un referente nacional porque nadie ha disputado más partidos que él en Tercera división . Veintidós temporadas en la categoría, casi 640 encuentros guardados en su taquilla y el contador ya listo para seguir sumando minutos porque el defensa acaba de renovar con el Jove Español para la campaña 2023-24. «Todos los años pensamos lo mismo, 'vamos a firmar centrales', pero al final Luis es el que acaba jugando porque se lo gana», explican a ABC desde el club alicantino. En este modesto equipo asentado en la localidad de San Vicente del Raspeig destacan el compromiso y la entrega de un veterano que lleva más de una década compaginando entrenamientos, desplazamientos y partidos con su trabajo nocturno en una empresa cárnica. «Cuando fiché por el Crevillente Deportivo, el presidente de aquella época tenía la empresa y me dio trabajo allí. Tuve facilidades con los horarios para poder adaptarme a los entrenamientos, pero, cuando me fui a otros equipos, los turnos fueron cambiando», recuerda Luis Ortiz. Un futbolista que como lateral destacaba por su velocidad y al que los años, y la experiencia, han ido reconvirtiendo en central. Para él no es el dónde, lo importante es poder jugar para ayudar a su equipo. «Mantengo la ilusión de seguir en activo porque soy una persona muy, muy competitiva, el fútbol para mí lo es todo, no me canso de él. Con 30 años pensaba 'que poco me queda ya' y fíjate, aquí sigo y seguiré estando mientras no pierda la ilusión». Una temporada estresante Luis es el ejemplo del esfuerzo y sacrificio anónimo que supone competir en un club de Tercera división, donde vivir exclusivamente del fútbol se ha convertido en un lujo reservado solo para un puñado de futbolistas. «La última temporada ha sido dura. Me levantaba a las tres de la madrugada para ir al trabajo, llegaba a casa a las dos de la tarde, comía deprisa y corriendo y prácticamente me tenía que ir a entrenar porque esta temporada los entrenamientos estaban fijados a las cuatro. Ha sido estresante, la verdad», insiste en su conversación con este periódico, al que agradece que se preocupe de la gente de lo que llama 'el otro fútbol'. Noticia Relacionada Fútbol estandar No Así serán los grupos de Primera Federación en la temporada 2023-24 Jorge Abizanda La Asamblea de la Federación aprueba el reparto de los 40 clubes de la división de bronce «En la vida nadie te regala nada, y en el fútbol menos aún», asevera un jornalero del balón que conoció los años en los que se ganaba «mucho dinero» en Tercera división y en Segunda B , categoría en la que acumula otro buen número de partidos y en la que trabajó a las órdenes de dos entrenadores que le marcaron y que ahora brillan en la élite, Luis García Plaza (Alavés) y Pepe Bordalás (Getafe). Él también apuntaba a volar alto, mucho, pero una grave lesión le despertó del sueño. Su familia, el mejor estímulo Su mujer, Alma, y sus tres hijos, a los que les encanta asistir a los partidos de su padre, son los mejores apoyos de Luis Ortiz, el hombre récord de Tercera división ABC «Con 20 años, jugando un partido en Tercera, cuando estaba en el Alicante que con Bordalás acabaría ascendiendo a Segunda división, me rompí el ligamento cruzado anterior de la rodilla ». Aquel percance frenó su progresión, llegaron los días de lluvia. Tuvo que dejar el club y tardó en volver a ser el mismo, pero su «cabezonería y carácter competivo» fueron decisivos para poder levantar el vuelo. El ascenso a Segunda B con Luis García Plaza en el banquillo del Villajoyosa es uno de los éxitos que ha celebrado en su carrera tras aquella maldita lesión. No es el único. Ahora es el jugador de la historia del fútbol español con más partidos en Tercera división. «Estoy orgulloso de ello. Sé lo difícil que es llegar y, sobretodo, mantenerse, por eso admiro a cualquier jugador de cualquier categoría». Mujer e hijos, sus pilares Alicante CF, Pinoso CF, Villajoyosa CF, Novelda CF, Crevillente Deportivo, CD Eldense, CD Almoradí y FC Jove Español. La lista de vestuarios por los que ha ido desfilando es casi tan extensa como su nómina de partidos en Tercera división, pero Luis Ortiz no deja la oportunidad de destacar al equipo más especial de su vida, su familia. «Que pueda seguir jugando al fútbol se lo tengo que agradecer a mi mujer (Alma). Con tres hijos y trabajando también, ella es la que lleva el peso en casa. Con la edad que tengo, me debo cuidar, no podría seguir jugando al fútbol sin su ayuda. Gracias a ella, que siempre me ha apoyado y ha estado animándome, he tenido fuerzas para continuar, le estoy muy agradecido». Alma es el pilar. Las otras patas de su banco son sus hijas, de once y tres años, y Luis junior, de ocho, que también juega en el Jove Español. «Es todo lo contrario a mi: es zurdo, es delantero y bueno», dice entre risas el hombre récord de Tercera división , encantado porque su hijo siga sus pasos y pueda aprender los valores que, según dice, transmite el fútbol. Acaba de renovar contrato, tiene ganas de comenzar la pretemporada, pero camina con las luces largas encendidas y, aunque no se pone fecha de caducidad, es consciente de que el fútbol ya ha entrado para él en el tiempo de prolongación. «No sé hasta cuándo seguiré, hasta que tenga ganas e ilusión», afirma, aunque ya se prepara para un futuro en el que espera no separarse de este deporte. «Ahora me estoy sacando el tercer nivel de entrenador para poder entrenar en Primera, pero los banquillos, por el momento, no me llaman». Lo suyo siguen siendo los entrenamientos, las confesiones de vestuario y los partidos de los domingos con el Jove Español, un club al que considera su «otra casas» y al que está agradecido por su confianza sin mirar la edad del DNI.

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