viernes, 5 de abril de 2019

El Baskonia pierde ante el CSKA, pero se mete en los playoffs

En un deporte como el baloncesto, tan dado a los números y la estadística, el Baskonia partía como principal aspirante a uno de los tres puestos que aún quedaban sin dueño en los cuartos de final de la Euroliga . Al conjunto español le valía ganar en Moscú, donde el CSKAno se jugaba nada, pero también podía permitirse el lujo de caer y esperar tranquilo porque solo una carambola le dejaba fuera del camino hacia la Final Four. Su Final Four. La primera que se disputará en Vitoria. Perasovic, que de inicio prefirió dejar a un lado las matemáticas y apelar al corazón para ganar en Moscú, terminó mirando hacia Estambul para respirar, porque fue el Efes –liderado por Larkin– el que ejerció de verdugo del Armani Milano y de salvador de los vascos. Las matemáticas no fallaron. Solo en cuatro de las 64 opciones posibles de la última jornada dejaban fuera al Baskonia, que buscó cuanto antes eliminar cualquier probabilidad de decir adiós a luchar por la Final Four. El camino más recto hacia los playoffs para los vitorianos pasaba por ganar en Moscú, donde solo lo habían hecho en dos de las 17 ocasiones anteriores. Palabras mayores. Aun así, el vestuario azulgrana aparcó el miedo para medirse de tú a tú al gigante ruso y lo consiguió durante tres cuartos. Tras un inicio dubitativo, el Baskonia comenzó a amasar su primera ventaja. Lo hizo de la mano de un Huertas desconocido, sobre todo por su acierto ofensivo. Un torrente que pilló por sorpresa a todos, incluido un Itoudis que tuvo que pedir a sus jugadores que dejaran de flotar al brasileño. En su muñeca creció el Baskonia, que poco después del descanso mandaba ya por ocho puntos (48-56, min. 24). La reacción del CSKA, que nada se jugaba en el envite, vino de la mano de Hackett –el único que creyó en la remontada durante muchos minutos– y de Clyburn, que anotó 14 de sus 16 puntos en el último cuarto. Un periodo final al que el Baskonia llegó con once puntos de ventaja (55-66) y en el que se deshizo de manera inesperada hasta terminar mirando a Estambul, donde un exintegrante de su vestuario, Shane Larkin, se las apañó para vencer al Armani Milano y clasificar a los vascos para cuartos de final.

De Deportes http://bit.ly/2HZknfk

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