lunes, 29 de abril de 2019

Courtois brilla en el desastre del Madrid en Vallecas

Antes de comenzar el encuentro, en el calentamiento, estaba feliz, risueño, contento. Ha soportado dos meses muy malos, repletos de tensiones dentro y fuera del campo. Courtois volvió al fútbol cuarenta y nueve días después. Había disputado su último partido en Valladolid, en aquel 1-4 que cerró la etapa Solari en el Real Madrid, y un cúmulo de molestias musculares le impidieron ser protagonista durante los primeros siete encuentros con Zidane al mando. El belga debutó por fin con el mito del madridismo al frente y tuvo una excelente actuación. Salvó a su equipo, que jugó horrible, con tres buenas paradas en la arrancada veloz del Rayo y no pudo detener el penalti que puso en franquicia a los locales, engañado en el lanzamiento por Embarba, en una fase de mal juego madridista que hizo que los vallecanos disfrutaran como no lo han hecho a lo largo de la temporada, colocados en posiciones del infierno. El portero belga ha estado 49 días sin jugar, toda la nueva etapa de Zidane, hasta ayer; su último encuentro había sido frente al Valladolid, 1-4, el último de Solari La buena «perfomance» de Thibaut, como le llama el técnico francés, delató el nulo rendimiento del Real Madrid. La «Zinedina» del descanso del partido intentó poner firmes a los visitantes. Nada de nada. Pero, sin jugar bien, los hombres de «Zizou» intentaron encontrar el empate y el riesgo asumido suscitó la peligrosidad del contragolpe franjirrojo. Courtois repitió otro paradón, de puños, en un trallazo lejano. Bebé le volvió a poner a prueba en un zambombazo desde fuera del área. El Rayo remataba más porque ganaba casi todos los duelos uno contra uno, clave esencial en un terreno tan pequeño como el de la Avenida de la Albufera. Zidane dio entrada a Brahim en busca de la profundidad ausente y el malacitano le dio mordiente al ataque madridista con sus requiebros y fintas. Jugaba solo ante el peligro, porque el equipo no acompañaba. El Real Madrid no entendió que en este estadio tan estrecho el dominio no vale para nada. Se necesita fútbol directo y disparar, justo lo que no hicieron los pupilo del marsellés. Brahim salió para crear los regates en corto que se requieren en un campo como el vallecano, pero no tuvo fortuna. Fue el revulsivo que suscitó el acoso madridista, pero ese anhelo del malagueño provocó que sus compañeros, negados, intentarán seguirle y el resulado fue que se desguarneció la defensa, para preocupación de Courtois, que veía venir a cuatro rayistas en tromba en cada robo de balón de los hombres de Paco Jémez. El belga cazó algún balón aéreo en esos contraataques mal finalizados. Y se colocaba como un antiguo líbero, fuera del área, a la espera de cortar los centros en largo de Medrán y Bebé. Brahim se pasó a la banda izquierda cuando Lucas se estrenó en la derecha. El andaluz y el portero belga fueron los mejores de un Real Madrid sin alma, desangelado. Es cierto que para esta plantilla, acostumbrada a los grandes éxitos, es difícil motivarse cuando no hay un titulo en liza. Solo Kroos quiso dirigir al equipo, y se sintió sin apoyos. Los compañeros buscaron siempre a Brahim para intentar solucionar la situación. El Real Madrid sufrió otra derrota a domicilio. No ha ganado en las últimas cuatro salidas. Courtois destacó especialmente en un equipo demasiado mediocre .

De Deportes http://bit.ly/2ZFUmal

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