
Busquets fue todo lo que reservó Valverde para el partido aún lejano contra el Liverpool y el Barcelona salió concentrado y agresivo, a por el partido. Noche inhóspita en el Camp Nou, 75.000 espectadores. Pese a la agresividad azulgrana, poca producción ofensiva: en el minuto 10, sin disparos ni juego en las áreas. Partido lento, de maduración progresiva, poca brillantez pero mucho trabajo de fondo, obrerista, tosco. Poca finura del Barça con el balón, pero muy intenso en la sala de máquinas. Messi buscaba a Suárez pero Rulli solía llegar antes. Merino crujió a Messi de una tremenda patada a la espinilla y se quejó de ver la amarilla cuando tendría que agradecer no haber visto la roja. Impaciencia culé con el balón, personificada en Arthur. Zubeldia se libró de la amarilla porque entrarle con todo a Messi sale entre gratis y muy barato. Normalmente gratis. El partido no encontraba su armonía y el Barça tenía más deseo que ideas. A la Real no le costaba defenderse. Minuto 23 y nadie había chutado. Como una cena de hospital, el partido no sabía a nada. Imanol les pedía a sus hombres que tocaran y tocaran, que enfríaran aún más la noche y que no tuvieran prisa para hallar la profundidad. Messi en el 26 tuvo una falta propicia, ideal para un zurdo. La chutó con una gran delicadeza, pero se le fue arriba. Enseguida volvió la Real a su tranquilidad y Piqué hablaba mucho con Valverde y el técnico daba nuevas instrucciones a Alba y a Rakitic. Entre Messi y Suárez intentaban hacer algo, como si con el partido encallado el argentino se hubiera sentido con la obligación de comparecer. El Barça notó el revulsivo y también lo notó el portero Rulli, que respondía con solvencia a las incursiones, que de todos modos llegaban con cuentagotas. En cualquier caso, el ritmo continuaba siendo el que querían la Real y su entrenador, que intentaba con eficacia y sin demasiado esfuerzo mantener su portería a cero. Juanmi y Willian José pudieron incluso adelantar a su equipo en el 34 pero Ter Setgen salvó una vez más a los suyos. Muy mal Semedo y Arturo Vidal, que se desentendieron incomprensiblemente de su posición. La Real estaba cada vez más a gusto pero lo que no se esperaba pasó, nada menos que Lenglet transformó en gol un córner servido por Dembélé. EN VIDEO Gol de Alba (2-1) en el Barcelona 2-1 Real Sociedad La Real volvió del descanso dispuesta a arriesgar y Arthur fallaba todo lo importante que tocaba. Zubeldia se retiró lesionado. Entró Sangalli. Al final el descanso de Busquets fue parcial y Valverde le dio media hora: sustituyó a Arthur, que o mejora el nivel o no estará a la altura de lo que le planteen los inminentes retos del equipo y no podrá ser titular. Se animó Dembélé, se animó Arturo Vidal pero su puntería no se animaba. Mucho más afilada resultó la asistencia de Merino que Juanmi, también con gran finura, convirtió en el empate. Pero la angustia duró poco en Barcelona porque Alba haciendo de Messi disparó sin piedad el 2 a 1. Golazo. Entró El Gafe por Dembélé y el brasileño fue recibido con algunos -bastantes- pitos. Merecidos: lo del otro día de taparse los oídos como despreciando a la afición no fue de recibo, con la paciencia que hemos llegado a tener con este chico, que nos salió carísimo y nos ha aportado muy poquito. No llegó nunca el Barça a controlar el partido, no fue superior con autoridad, pero la puntualidad de sus goles -justo antes del descanso y justo después del empate de la Real- le dejaron a sólo 6 puntos de ganar la Liga.
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