
Con permiso del Atlético-Juventus, el Liverpool-Bayern es la eliminatoria más igualada de octavos, que no es lo mismo que atractiva. Se esperaba un partido emocionante, de ida y vuelta en Anfield, pero no está el equipo alemán ahora mismo para un intercambio de golpes, y eso que enfrente tenía a un Liverpool muy mermado en el centro de la defensa, con su referente Van Dijk lesionado. Los dos únicos partidos que se perdió el holandés esta temporada significaron las eliminaciones de los reds en la Copa de la Liga y la FA Cu p. La racha se rompió anoche, con un empate sin goles marcado por la poca ambición del Bayern, más preocupado de no encajar que de buscar el tanto en campo contrario, y por las muchas imprecisiones del Liverpool en los metros finales, inocente como pocas veces es. La primera mitad fue de menos a más para los locales, constantes en la presión en área contraria pero poco incisivos en sus habituales rápidas transiciones de defensa a ataque. Solo cuando se percató que el Bayern se había presentado en Anfield con más miedo que valentía apretó el acelerador. Los alemanes tenían el balón y los ingleses las ocasiones, pero sin acierto. En un par de remates, Salah tuvo en su pierna izquierda la opción de batir a Neuer pero las más clara fue para Mané, en un mal remate del africano desde el punto de penalti cuando entre él y arquero germano no se interponía nadie más. Hummels y Sule En el Bayern, poca chicha y ninguna ambición. Solo un involuntario despeje hacia portería propia de Matip, despejado por el pecho de Alisson. Ahí estuvo el mayor peligro de los de Kovac, con Coman y Gnabry desaparecidos en ambas bandas, Sule y Hummels como futbolistas con más tiempo con la pelota en su poder, y Kimmich en peligro con una amarilla desde el minuto 27, cartulina que le privará de jugar el partido de vuelta en Múnich. El inicio del segundo acto fue una continuidad del final de los primeros cuarenta y cinco minutos, pero el Liverpool hizo el camino inverso y fue apagándose poco a poco, sin sumar una sola oportunidad de peligro real ante un ejercicio defensivo del Bayern tan fiable como impropio de su historia. Lewandowski no tocó más de diez pelotas en todo el partido y solo un par acciones individuales de James encendieron a los 3.000 bávaros en las gradas de Anfield. Los alemanes regresaron a Múnich con solo un disparo entre palos, y con Hummels, Sule y Javi Martínez como futbolistas de mayor peso en Anfield. Dentro de tres semanas, el Allianz Arena determinará qué quintuple campeón de Europa pasa a cuartos de final.
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