
Equinor, nombre que desde 2017 tiene la petrolera pública noruega Statoil, ha confirmado esta semana al Gobierno de Canarias su interés por participar en el desarrollo y explotación del que será en 2025 el mayor parque eólico del mundo: 130 kilometros cuadrados. El proyecto forma parte de la agenda del presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, por descarbonizar al máximo la energía de la isla antes de 2030. La coordinación centífica estará en manos de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC). El rector de la ULPGC, Rafael Robaina, afirma que «es nuestra generación la que debe buscar soluciones» a un aumento del peso de la innovación en soluciones energéticas para el futuro. En el proyecto ha sido clave la ULPGC con la Escuela de Ingenierías Industriales y Civiles y del Departamento de Análisis Económico Aplicado, que lidera la doctora e ingeniera Julieta Schallenberg, y formado por los profesores Ofelia Betancor, Javier Campos, Juan Luis Eugenio y Federico Inchausti, con la cooperación de Equinor. Todo depende de la agilidad administrativa porque en la zona de ejecución, por ejemplo, hay un pájaro, entre otros, quye se llama chorlitejo patinegro. Los canarios lp declararon vulnerable hace once años. De momento, como adelantó ABC el pasado mes de julio, ha bloqueado un plan de 34 millones de euros de inversión de Cobra, filial de ACS. Así, Gobierno central y autoridades canarias están acelerando el procedimiento de ejecución del proyecto. En las islas, hay una norma regional que desactiva el poder de bloqueos municipales y con un carril de aceleración para inversiones estratégicas. En el caso de Gran Canaria, el emplazamiento se ha elegido por múltiples factores: por la batimetría de la zona, por el escaso impacto en el medio marino que tendría y por su proximidad a la central de bombeo Chira-Soria que va a construir Red Eléctrica de España en la misma isla encargada por el Cabildo de Gran Canaria, una instalación de 200 megavatios llamada a ser clave para dar estabilidad al suministro de las renovables El impacto en el PIB de España del proyecto grancanario es de 950 millones de euros Equinor es dueña del campo eólico Hywind, en Escocia, con 30 megavatios. Y quiere reproducir ese modelo en España. El parque canario tendrá una potencia cifrada en 300 megavatios. 200 para el mercado insular y 100 a experimentación. El objetivo es desarrollar sistemas de control con granjas eólicas que puedan maximizar el rendimiento, mejorar la capacidad de la energía eólica marina para proporcionar servicios auxiliares y bajar costes estructurales. Canarias quiere, de esta forma, ser plataforma de experimentación y exportación de conocimiento de molinos flotantes para aguas profundas. La asociación japonesa del sector eólico, la «Japan Wind Power Association» está también interesada en invertir en las islas. Precisamente, el martes pasado Japón aprobó una nueva ley para potenciar la creación de parques eólicos marinos y en verano pasado hubo una delegación manteniendo contactos con la Administración canaria. Julieta Schallenberg y Rafael Robaina, rector de la ULPGC, este mes de noviembre - ABC 2.000 empleos Noruega no tiene ningún parque eólico marino en sus dominios marítimos pero quiere sacarle partido a su capacidad financiera e industrial para explotar las potencialidades de dominar el conocimiento tecnológico junto al capital español y el talento de canarios. El número de puestos de empleo que se baraja en la operación canaria es de 2.000 efectivos. El capital nórdico tiene grandes intereses en las islas a través del turismo y sector petrolero. El Gobierno de Noruega está trabajando en el desarrollo de dos áreas de ensayo en sus aguas territoriales. En lo que se ejecutan esos plantes, las aguas en las que están ubicadas las islas Canarias se prestan a para innovar, aprender y desarrollar. La próxima generación de energía eólica en el mar usará flotadores, que es donde Canarias está avanzado con la Plataforma Oceánica Canaria. Este conocimiento que se produce en España será clave en la exportación de tecnología. En el archipiélago hay a cierre de 2018 un total de 390 megavatios de potencia eólica instalada y espera en siete años llegar a 1.000 más: 635 megavatios en tierra y 310 «megas» en el mar. Estabilidad del sistema El estudio de su equipo sostiene que un parque como el ideado en Canarias se puede proyectar, fabricar e instalar en cinco años (2020-2025), tendría dos décadas de vida útil (2025-2045) y se desmontaría después en tres años (2045-2048). De ejecutarse esta instalación tendría un impacto de 950 millones de euros en el producto interior bruto (PIB) de España, concentrado en su mayor parte en Canarias. Los datos están tomados del parque que Equinor tiene en Escocia.
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