
No es ningún secreto que Belén Esteban -una de las mujeres más polémicas, queridas y criticadas, de nuestro país- ha pasado por quirófano en numerosas ocasiones para realizarse difrentes cambios estéticos. Sin embargo, nunca se ha sabido el número exacto ni los tipos de intervenciones a los que la colaboradora más famosa se ha sometido a lo largo de los años. Belén Esteban - Gtres Muchas han sido las ocasiones en las que ina renovada (e irreconocible) Belén posaba sonriente para alguna revista del corazón con un rostro diferente. Con una nariz más fina y corta, sin ojeras o con cambios bruscos de peso. Estos cambios radicales siempre suponían un antes y un después para la colaboradora. Todo comenzó en 2001, cuando se sometió a una mamoplastia. Días después lucía orgullosa una talla 95. Dos años después volvió a ponerse en manos de los cirujanos para una liposucción de abdomen y una lipoescultura –nunca confirmadas por ella-. En 2006 se sometió a una reconstrucción y un blanqueamiento dental, seguido por un aumento de labios. Sin embargo, el cambio más notorio de la colaboradora fue en 2009, cuando decidió arreglar su desmejorada nariz y se sometió a una compleja rinoplastia y una blefaroplastia –arreglo de las bolsas de los ojos-, por la que Belén recibió una exclusiva de la conocida revista del corazón «Lecturas» que acabó vendiendo casi medio millón de ejemplares en los quioscos. A partir de ese momento, la ex de Jesulín de Ubrique se ha retocado paulativamente con otros arreglos secundarios como con la toxina botulínica, ácido hialurónico y vitaminas para reducir sus líneas de expresión.
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