BEATRIZ PASCUAL MACÍAS (EFE)
- Hubo también menos víctimas mortales que en 2016, debido a las derrotas sufridas por Estado Islámico.
- Washington advierte, no obstante, de que Al Qaeda está expandiéndose.
- En total, se registraron 8.584 atentados, que provocaron 18.700 muertes.
Los atentados se redujeron un 23 % a nivel global en 2017 y generaron menos víctimas mortales que en 2016 debido a las derrotas del grupo terrorista Estado Islámico (EI), mientras que Al Qaeda se expande en otras partes del mundo, según un documento publicado este miércoles por el Gobierno estadounidense.
El informe anual sobre el terrorismo en el mundo del Departamento de Estado, relativo a 2017, considera que la lucha contra los terroristas se volvió "más compleja" porque EI y Al Qaeda han demostrado ser actores "resistentes, decididos y adaptables". Los dos grupos "se han ajustado a la presión contra el terrorismo en Irak, Siria, Afganistán, Libia, Somalia, Yemen y otros lugares", detalla el documento.
En parte, el Departamento de Estado atribuye la supervivencia de EI y Al Qaeda a la existencia de "refugios seguros", es decir, territorios donde los terroristas pueden entrenarse, recaudar fondos o establecer comunicaciones porque el Estado no tiene una presencia suficiente.
Esa debilidad estatal ha permitido una "expansión silenciosa de los miembros y operaciones" de Al Qaeda, una red que mantiene su "núcleo" en Afganistán y Pakistán pero que ha extendido su influencia en otras áreas como África Occidental, donde tiene una fuerte presencia en Mali.
En una rueda de prensa telefónica, el coordinador de la estrategia antiterrorista del Departamento de Estado, Nathan A. Sales, destacó que Al Qaeda ha sido un "enemigo paciente" que ha aprovechado para extender su influencia mientras EI "captaba los titulares de la prensa".
"Hemos incrementado la presión en Al Qaeda para prevenir su resurgimiento. Estamos trabajando estrechamente con nuestros aliados para contrarrestar la capacidad de Al Qaeda para reclutar, recaudar dinero, viajar y diseñar planes", afirmó Sales.
Declive de Estado Islámico
Mientras Al Qaeda aprovechó en 2017 los huecos en Oriente Medio y África, EI perdió a finales de ese año los territorios que había ocupado en Siria e Irak en 2014 y 2015.
A medida que perdía territorio, EI abandonó una "estructura centralizada de mando y control" y mutó hacia un "modelo más difuso", que alienta a sus simpatizantes a usar como arma cualquier objeto, incluidos vehículos, tal y como ocurrió en Barcelona en 2017.
"Con una frecuencia cada vez mayor, la responsabilidad de decidir dónde, cuándo y cómo se perpetran los ataques depende de terroristas locales inspirados por Estado Islámico, que hacen sus operaciones lejos de las zonas de guerra", apunta el informe.
De hecho, según el Departamento de Estado, EI continuó siendo responsable de más ataques y muertes que cualquier otro grupo terrorista en 2017, pero redujo en un 23% el número de atentados y ocasionó un 53% menos de víctimas mortales en comparación con 2016.
En 2017 hubo un total de 8.584 ataques terroristas en todo el mundo, que provocaron 18.700 muertes y dejaron más de 19.400 heridos, de acuerdo con el texto.
Irán y Corea del Norte
Por otra parte, una de las secciones más conocidas del informe es la "lista de Estados patrocinadores del terrorismo", de la que Cuba fue sacada en 2015 y en la que también figuran Corea del Norte, Siria, Sudán e Irán, país que Washington considera como una de las "principales" amenazas.
"Irán sigue siendo uno de los principales patrocinadores estatales de terrorismo y es responsable de la intensificación de múltiples conflictos y de haber socavado los intereses de EE UU en Siria, Yemen, Irak, Baréin, Afganistán y el Líbano", afirmó Sales.
El Departamento de Estado también confirmó este miércoles oficialmente la inclusión de Corea del Norte en esa lista, algo que ya había anunciado el presidente de EE UU, Donald Trump.
Trump decidió volver a incluir a Pionyang en noviembre de 2017 en un momento de gran tensión entre los dos países, que ahora están sumergidos en un proceso de diálogo junto a Corea del Sur.
La inclusión de un país en esa "lista negra" implica la imposición de restricciones económicas a la venta de armas y un veto a la ayuda económica, unas sanciones que ya pesan sobre Corea del Norte, por lo que la confirmación de esa decisión no tendrá como consecuencia un nuevo castigo.
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