lunes, 3 de septiembre de 2018

Joaquín da un vuelco al derbi

Había más calor en el enfrentamiento entre los jugadores que en la temperatura ambiental del Villamarín. Y eso era mucho decir, porque el termómetro marcaba 38 grados a las nueve de la noche sevillana, con cincuenta y tres mil personas en las gradas y una tensión en el césped que se trasladaba a las tribunas. El fragor de los pupilos de Setién y de Machín era excesivo. Cada acción era una falta. Gil Manzano se contuvo con las amonestaciones. Quiso frenar la sangría de golpes con las amonestaciones a tres sevillistas (Mesa, Mercado y Silva) y a un verdiblanco (Carvalho). Si llega a aplicar el Reglamento con rigurosidad se queda solo en el campo con los porteros, Pau López y Vaclik, quien realizó buenas paradas a remates de Tello, Canales e Inui en un estreno fulgurante del Betis. Los tres delanteros verdiblancos rompieron la retaguardia visitante en veinte minutos de peligro y el guardameta anuló esas jugadas con seguridad. Después de los tres avisos de los hombres de Setién, el Sevilla defendió mejor y asustó a su rival con dos contragolpes que Sarabia, de manera extraña, desperdició con una lentitud en el disparo que era el polo opuesto a su habitual practicidad de parar el balón y rematar a puerta sin mayor literatura. La respuesta sevillista significó que los dos conjuntos cerraran filas con la premisa de defender y taponar sus huecos. En el Villamarín se planteaba un duelo táctico, de ajedrez, con presión por todo el campo y pocas concesiones al riesgo ofensivo. Se notaba demasiado que cada futbolista tenía la misión de frenar a un rival como sea. Era el derbi y no se permiten respirar ni en el descanso. Al travesaño El técnico visitante, Machín, es un estudioso de las acciones de estrategia a balón parado y el Sevilla rozó el gol con agresividad en los saques de esquina ejecutados magistralmente por Banega, quien le puso un balón a Mercado que no entró porque su cabezazo se marchó ligeramente alto. Eran los mejores minutos visitantes. Navas envió un centro que se estrelló en el travesaño. Pero el sevillista Roque Mesa fue expulsado a los 66 minutos con una polémica segunda amonestación, en un choque con el portero local que Vaclik también buscó, y la inferioridad numérica acabó con el dominio de los pupilos de Pablo Machín. El VAR no intervino en una jugada que pudo ser incluso penalti. En superioridad, Setién sacó a Joaquín y el líder local cabeceó el gol decisivo a los 79 minutos. Con diez, los hombres de Machín buscaron la igualada. Mercado se lesionó en un brazo en los últimos segundos. El Betis aguantó el bombardeo aéreo.

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