sábado, 8 de septiembre de 2018

Boris Johnson, el coleccionista de amantes

Hay quien encuentra una clave política en el reciente anuncio de divorcio de Boris Johnson (54 años) de su segunda y sufrida esposa durante 25 largos años, la abogada Marina Wheeler (54). Así, el ex ministro de Asuntos Exteriores y exalcade de Londres querría liquidar las cuentas maritales pendientes para asaltar el liderazgo en el partido conservador británico al modo en que suele hacer cualquier cosa: con fiereza. Otros contemplan la ruptura de una manera bastante más prosaica: alguien escuchó a Lara, la primogénita de la pareja, lamentarse de que su padre es «un bastardo egocéntrico» y «mi madre jamás querría volver»; y alguien filtró a los tabloides lo que sucedía puertas adentro de la mansión en Carlton Gardens, en Londres, de donde los Johnson salieron hace poco más de un mes para seguir cada uno la guerra por su cuenta. El catálogo de infidelidades de Boris Johnson, tal y como ayer definía el «Daily Mail» la vida amorosa del rubísimo político, no es una novedad ahora que recupera la soltería. Durante décadas, sus idas y venidas del lecho conyugal a los brazos de las mujeres más dispares han sido la comidilla de los mentideros londinenses y de la prensa del corazón. Que se sepa, Marina Wheeler le echó de casa en dos ocasiones: en 2004, cuando se desveló su romance de cuatro años con la periodista Petronella Wyatt, especializada en crónica social; y en 2010, cuando se supo que había tenido una hija fuera del matrimonio con una consultora de arte, Helen Macintyre. Fueron, en el cuarto de siglo largo de vida matrimonial, las dos únicas ocasiones en las que a Marina se le agotó la paciencia (o eso parecía) ante la incontinencia amatoria de su díscolo marido. En el Reino Unido nadie ha dejado de contemplar a la exseñora de Johnson con cierta lástima y bastante extrañeza: para aguantar a un tipo así habría que estar ciega, sorda o ser una santa. Un amigo de la pareja declaró al «Daily Mail» que Marina Wheeler toleraba tantas humillaciones porque aceptaba el comportamiento infantil de su marido, con la esperanza de que algún día maduraría. La prole del exministro Boris Johnson y Marina Wheeler se casaron en 1993, meses después de que Allegra Mostyn-Owen, su compañera en la Universidad de Oxford y esposa desde 1983, le mandara a paseo tras enterarse de que le era infiel con Marina. La pareja tuvo cuatro hijos, la mencionada Lara, Cassia, Milo y Theodore. En 2013, un tribunal dictaminó que era de interés público informar que Boris Johnson había sido padre fruto de la mencionada relación extraconyugal con Helen Macintyre. Boris Johnson con su primera mujer, Allegra Mostyn-OwenPero hay más. En 2006, el desaparecido «News of the World», el tabloide de Rupert Murdoch, le pescó saliendo del apartamento de otra periodista, Anna Fazackerley, al oeste de Londres. Por supuesto, lo publicó en primera plana. «Hace unos cuantos meses, después de 25 años de matrimonio, decidimos que lo mejor para ambos era separarnos», reza la declaración que Johnson y Wheller han facilitado a los medios. «Como consecuencia, hemos acordado divorciarnos y ya se han iniciado los trámites para ese proceso. De forma amigable seguiremos apoyando a nuestros cuatro hijos en los sucesivos años. No realizaremos ningún comentario más». Ahora Boris Johnson prepara su asalto al poder tory, mientras que Wheeler previsiblemente seguirá desarrollando su labor como abogada especializada en derechos humanos y formando parte del Consejo de la Reina. Según Johnson, su ex fue una figura clave en su decisión de escorarse hacia el Brexit en el referéndum. Y precisamente la manera de gestionar el Brexit es el látigo con que atiza a la premiere Theresa May, su antigua jefa y a quien quiere sacar del poder.

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