domingo, 2 de junio de 2024

Alcaraz, con la cabeza alta: «Buscamos ganar el torneo, otra cosa sería un sabor agridulce»

Se presenta la versión más confiada de Carlos Alcaraz después de deshacer a Felix Auger-Aliassime y clasificarse para cuartos con un nivel que asusta porque ha liberado la mano para sacar la derecha de siempre y no se cansa de sumar ganadores con ese golpe. Está Alcaraz en cuartos con la intensidad y la confianza por las nubes y ya no esconde sus objetivos: «Buscamos ganar el torneo, todo lo que no sea eso sería un sabor agridulce». Es una muestra de cómo se está sintiendo en la pista, volando de lado a lado para apagar todos los fuegos que le proponen los rivales. Ya ha apagado los suyos propios, pues no ha habido ni un minuto de desconcentración ni ante Sebastian Korda ni ante Felix Auger-Aliassime, cuando realmente importaba no tenerlos. Es verdad que el murciano se ha abonado a empezar con rotura su primer turno de saque: Wolf, De Jong, Korda y Aliassime supieron encontrarle ese pequeño agujero, pero nada que no tapara de inmediato el español, que ha crecido en muchas cosas y una de ellas ha sido el resto. «Al segundo saque, zúmbale», lo animaba Juan Carlos Ferrero en su partido contra el canadiense. Y así lo hace el murciano, obediente con cada directriz. Noticias Relacionadas estandar No Tenis Swiatek, a cuartos en 40 minutos y por un 6-0 y 6-0 Laura Marta estandar No Tenis Djokovic sobrevive a un soberbio Musetti pasadas las tres de la madrugada: «Vámonos de fiesta» Laura Marta Así ha llegado a cuartos sin desgastarse ni despistarse. Y cada vez más seguro de sus posibilidades: «Desde primera ronda vi que podía competir contra los mejores y hacer un buen resultado aquí. Conforme van pasando las rondas el nivel aumenta, la confianza también, que para mí es muy importante. El brazo está prácticamente olvidado. El nivel de la derecha ha subido y me estoy encontrando más cómodo. Como todos los jugadores, vas pasando las rondas y te encuentras más a gusto en la pista. Puedo estar a la altura de los mejores y de hacer un buen papel aquí», aseguraba sonrisa en el rostro, esa que limita en la Philippe Chatrier para no invitar a los apagones. Va sobrado de físico, como se vio ante Korda , y también de frescura de ideas, como evidenció ante Aliassime. Así que es imposible que no se vaya la mente un poco más allá una vez se ha entrado con ganas y fuerza en la segunda semana del torneo: «Hay que valor todos los resultados, que unos cuartos de Grand Slam es muy buen resultado. Pero si pensamos que es un buen resultado nos quedamos en un jugador mediocre. Nosotros vamos a los torneos a intentar ganarlos. Llegamos a cuartos y ya pensamos en qué podemos hacer para llegar a semis, y de ahí a la final. Buscamos ganar el torneo, si no lo hacemos es un sabor agridulce». Su siguiente reto es Stefanos Tsitsipas, del que dice tener la clave para ganarle porque así lo dice la estadística, que el griego no ha podido vencerlo en los cinco duelos precedentes. El último, precisamente, en otra ronda de cuartos de Roland Garros como esta. «No me ha ganado nunca. Eso es a lo que me refería, porque he sabido ganar 5-0. Pero sé que está jugando muy bien, y no que puedo ganar al cincuenta por ciento. Sé lo que tengo que ver desde el punto de vista táctico, aunque no lo voy a decir, claro. Los partidos que he jugado contra él han ido muy muy bien. No me ha ganado y eso quiere decir que tengo la forma de jugarle. Pero ha pasado tiempo. Ese head to head no quiere decir que se vaya a ganar también ahora. Él ha aprendido, que de las derrotas se aprende mucho más que de las victorias, y sabrá qué hacer contra mí. Y saldrá diferente. Yo estaré concentrado en hacer las cosas buenas que he hecho. Mi confianza está siendo más alta, cada entrenamiento está siendo mejor, y tengo esa confianza contra Stefanos». Pero, a diferencia de Tsitsipas, Alcaraz señala que se inclinaría por centrarse en el cuadro individual y no mezclar amor y tenis, como hace el griego, apuntado al dobles masculino con su hermano y al dobles mixto con su novia, Paula Badosa: «Cada jugador es de una manera. Me tengo que poner en la situación de tener novia, pero creo que mezclar la parte personal y la profesional es complicado. Creo que miraría la parte profesional. Pero ha dicho que no tiene molestias físicas. Si ve que le viene bien o que puede compaginarlo todo, adelante. Quién es nadie para opinar. Si tuviese novia y me pidiese jugar el mixto... tendría que valorar muchas cosas para decidirme. Pero si todo es bueno, por qué no». En lo que también se explayó fue en dejar claro que la sesión nocturna no es para él. «Están ahí y sé que tenemos que adaptarnos, pero no me gustan las sesiones de noche. No por el público, que es especial en esas sesiones, sino por la recuperación. Son muchas cosas muy tarde: prensa, fisio, baño de hielo. No es solo golpear la última pelota e irte a recuperar. Djokovic seguramente se fue a dormir a las 6 de la madrugada (después de su partido ante Musetti) y el último punto fue a las 3. Es muy difícil recuperarte cuando vas a la cama tan tarde. Para mí es mejor terminar a las seis de la tarde, ir a un buen restaurante a cenar tranquilamente». Y hablando del serbio, todavía está un poco lejos, y por el otro lado del cuadro, pero ya nota cerca a quien lo venció en semifinales del año pasado por juego y por aura: «Te mete mucha presión en cada punto. Desde el principio hasta el final tienes que jugar largos intercambios, siete, ocho, nueve a tu máximo nivel. Para él es normal, pero para la mayoría es muy exigente. Es muy difícil estar así, con esa alta intensidad física, de juego y mental durante todo el partido. Yo no pude terminar el partido después de los dos primeros sets porque no pude mantenerme al cien por cien, y para él era algo normal». Este año ya se verá.

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