Es un Mundial el torneo en el que todos los estilos de fútbol convergen en un mismo sitio. Es Damaris Egurrola Wienke (Orlando, 1999) un Mundial en sí misma. Nacida en Estados Unidos, de madre neerlandesa y padre vasco, hizo cantera en España, despuntó en el Athletic, y a punto de fichar por el Barcelona, decidió hacer las maletas, primero a Inglaterra (Everton), y después a Francia, donde ahora disfrutan de su juego en el Olympique de Lyon tras pagar la cláusula, hasta ese momento, más alta por una jugadora española. Campeona de Europa sub-19 y subcampeona del mundo sub-20 con la selección nacional, decidió que con la absoluta defendería la camiseta del país de su madre. Relevante ya de por sí su historia personal, añade aliciente que sea Países Bajos, precisamente, el siguiente rival de España, este próximo viernes (11 de agosto), y por un puesto en las semifinales del Mundial, nada menos. Y es relevante porque parte de su periplo por el mundo fue propiciado por las políticas de fichajes en España en esa época en la que el fútbol femenino todavía era un primer borrador de lo que es hoy. En el Convenio Colectivo, una cláusula establecía que los clubes debían cobrar por labores de formación de una jugadora menor de 23 años que acabara contrato al equipo que estuviera interesado en ficharlo. Una cláusula que a Egurrola, y a muchas futbolistas más, les parecía abusiva, pero que solo ella y tres más llevaron a los tribunales. En cabeza de esta reivindicación, Pablo Egurrola, padre de Damaris , y que ya pasó por juicios y malas experiencias sindicales cuando era pelotari profesional en Estados Unidos. Tras una huelga larga y el cierre de varios frontones, tuvo que volver a España, con una Damaris que había cumplido los siete años. Noticia Relacionada DESDE MIS ANTÍPODAS opinion Si Cainitas, pero menos María José Hostalrich Alemania y Brasil están ya en sus casas y España, después de darle hasta en el cielo del paladar, ha conseguido un hito en su historia: mejorar su recorrido histórico. Al loro, que no estamos tan mal, que diría aquel A la que también se le daba bien lo de la pelota a mano, pero decidió que el fútbol la llevaría más lejos. «Jugué en la banda cuando era joven, pero creo que se dieron cuenta de que no tenía mucho futuro allí, así que cambié a mediocampo, defensa central y luego mediocentro», admitía hace unos años a la página de la FIFA. Porque conquistada una gran batalla con la burocracia, que la dejó al borde de la retirada por la tensión y por sentirse sola contra el mundo, la jugadora continuó con otra con la selección nacional, en la que se fue ganando el puesto con su desempeño en los clubes europeos. Recibió insultos por dejar el Athletic, con quien había ganado el título de liga en 2016. Estuvo cerca de fichar por el Barcelona, una vez que ambos eran libres de cláusulas abusivas, pero nunca llegó a rubricarse. Llegó el Everton , en plena pandemia por lo que el paso por Inglaterra fue corto, pero sustancioso. Porque el Olympique de Lyon apostó por ella a lo grande y con la cláusula de 100.000 euros por delante. Ya tiene un título de liga y una Champions, de 2022. La apuesta del conjunto francés por esta mediocentro creativa, que va muy bien en el juego aéreo, sigue ahí, renovada este mes de julio hasta 2027. La decisión En todo este proceso, fue convirtiéndose en una centrocampista de prestigio y calidad en la selección española. Ayudó a conquistar el título europeo en Irlanda del Norte con la sub-19 en 2017, con Aitana Bonmatí y Patri Guijarro y Ona Batlle. Y fue finalista del Mundial sub-20 de Francia de 2018. Llegó a debutar con la absoluta en un amistoso, cuando tenía 19 años. Pero, según su versión en una entrevista en 'El Confidencial', nunca llegó la llamada de Jorge Vilda para confirmarse en el equipo sénior. Según la versión del seleccionador, fue la jugadora quien rechazó dos convocatorias. «Ser seleccionador no le da a Jorge Vilda derecho a mentir y yo no podía esperar más a España», afirmó en el citado medio. Con ofertas encima de la mesa tanto de Estados Unidos como de Países Bajos, decidió finalmente quedarse con la Oranje, donde ha coincidido con ídolos de juventud como Lieke Martens . Para su elección contó con la vitrina: subcampeona de Europa en 2009; campeona de Europa en 2017; subcampeona del mundo en 2019. También inclinó la balanza la insistencia del antiguo seleccionador neerlandés, Mark Parsons , la buena relación con el actual, Andries Jonker, y el ánimo de su compañera de vestuario Danielle van de Donk, a quien posiblemente sustituirá en el partido del viernes ante España por sanción de la primera. «Una vez que tomé esa decisión, me centré en llevar mi juego al equipo. Las compañeras se han sentido muy bien conmigo desde el primer día, así que fue muy fácil», indicó en una entrevista con 'Forbes' antes de estrenarse con la camiseta naranja. «Me alegro de haberme marchado [de España]», señaló al diario 'Naiz' a raíz del problema de las 15. Ajena a todo eso, debutó en un amistoso en marzo de 2022 en Groningen, la ciudad donde nació su madre (12-0 a Chipre); y disputó ese verano la Eurocopa, donde Países Bajos cayó en cuartos ante Francia (1-0 en la prórroga). Después de una temporada en la que se dislocó la rodilla y ganó la liga con el Olympique, se planta en Australia y Nueva Zelanda donde jugó 10 minutos ante Portugal (1-0), 20 contra Estados Unidos (1-1), 28 ante Vietnam (7-0) y 15 ante Sudáfrica (2-0). Para medirse contra el que hubiera sido su equipo 'natural' y las que fueron algunas de sus compañeras en categorías inferiores en España el jueves 11. Y por un puesto en la semifinal de un Mundial.
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domingo, 6 de agosto de 2023
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