jueves, 10 de enero de 2019

Vinicius se hace incuestionable

Solari dejó a Isco en el banquillo, lo que le colocaba ya por detrás de Valverde y Asensio en el orden de centrocampistas. El balance de Solari en esto es debatible: está sacando a Vinicius pero perdiendo a Isco, un jugador que, con todos sus defectos y frustraciones, era un valor destacado del equipo. Sucede que uno y otro están haciendo que tampoco importe mucho. Sin ser su noche más eléctrica, el partido contra el Leganés tuvo algo de consagratorio para Vinicius. Pobre entrada, 44.000 personas, la peor del año, y minuto de silencio dedicado a Agüero, viejo jugador de la sexta yeyé. El Madrid salió con ganas, bien dispuesto, aunque no terminaba de darle velocidad al juego. Dominaba pero el Leganés iba apareciendo en alguna contra. Era prometedor el optimismo de Reguilón y Vinicius (la primera jugada digna de tal nombre fue un cambio de ritmo suyo), pero quizás fue Odriozola el primer argumento sólido en ataque. Y Benzema tuvo la primera ocasión clara en el 16. No tenía el día rematador. Se nota porque cuando le tiran un centro parece que le van a dar un pelotazo. El vegetarianismo de Benzema tampoco encontraba mucho remedio en Lucas, culebreante pero poco, con un par de centros que no cogían rosca. Cada vez que el Madrid inquietaba el Leganés se las ingeniaba para responder de alguna forma. En la primera parte, Braithwaite (nombre de detective) tuvo varias ocasiones peligrosas. En una no llegó por poco, en otra participó un central y en la tercera paró Keylor con mucho mérito. Los reflejos aun frescos de Keylor eran la primera noticia buena para el Madrid. El 4-3-3 fallaba un poco. Carburaban las bandas y Benzema se lo trabajaba contra una defensa de tres (aunque con la escasa agresividad habitual), y lo que no terminaba de coger temperatura era la media. Estaban entre el frío y el calor. Ceballos ha perdido ángel con la suplencia, y Valverde gustaba, pero siempre con detalles y presunciones más que con realidades. Casemiro hacía de Casemiro y los interiores estaban insipidos, a lo Kroos, de quien no sé sabe nunca con gran seguridad si está jugando bien del todo o quizás un poco mal. Les faltaba dríbling, ruptura, llegada. El sistema se hacía un poco funcionarial. El Madrid llegaba sin peligro y antes de la desesperación fue Odriozola el que abrió el partido con su insistencia. Había llegado varias veces con peligro. En una pidió penalti, en otra se encandiló buscando un último pase, y fue en el 43 cuando entró en al área con la suficiente ventaja como para poder exigir penalti. Pitó el árbitro y marcó Ramos con garbo y colocación. Penosamente, con sacrificio, el Madrid se llevaba el 1-0 al descanso. Los de Solari salieron más vivos del vestuario, con un poco más de ritmo, secando por completo las contras del Leganés. Ceballos comenzó a buscar a Vinicius en su mejor sitio y en el 57 ya tuvo una ocasión. Luego demostró esa insólita capacidad para tirar siempre al bulto, incluso con peligro. El Madrid, en cualquier caso, era mejor y tenía más sentido a medida que encontraba al brasileño. Los Valverde, Reguilón y compañía le daban al Madrid un tono humilde pero pundonoroso, de alguna forma limpio, agradable, casi disfrutable (si se tiene mucho vicio). Pero el 1-0 hacía más feliz al Leganés que al Madrid. Tanto que era posible empezar a preguntarse si el dominio local no podía ser inducido. Justo en esas suposiciones llegó el 2-0. Un robo de Benzema (error de Bustinza) que Vinicius cedió a Lucas para que marcara. Había sido clave el olfato de carterista de Benzema. Ese talento para ver el error ajeno en las líneas de pase parece el reverso de su capacidad para la asistencia y los espacios intermedios. Después de su gol, Lucas salió para que por fin entrara Isco. Con él en el campo Vinicius se quedaba como única flecha en el ataque. Los pases iban a ir para él. Y así fue, en el 76, una jugada urdida entre Isco y Benzema acabó en pase de Odriozola para la volea en medio escorzo de Vinicius. El 3-0 encarrilaba la eliminatoria, certificaba su titularidad incontestable y acreditaba que en Vinicius hay rematador. ¡Sus problemas de definición tienen solución! Ya sin partido llegaron los debutantes: Arnáiz en el Leganés y Brahim (al que un sector del Madrid llama y no dejará de llamar Ibrahim). Muchos jovenes. El Madrid va a ser más Ajax que el Ajax cuando se enfrenten. El humor ya era otro en el Bernabéu. Hubo aplausos para Benzema y entró también Cristo, el nueve del filial. La noche se acabó con una certeza que es a la vez una ilusión para el madridismo, quizás la mayor de todas: Vinicius es titular y no parece posible que su puesto pueda ya ser cuestionado. Aporta demasiadas cosas, demasiada alegría como para no aprovecharla. Todo el Madrid va ya detrás de la estela de Vinicius.

De Deportes http://bit.ly/2Fh3bk7

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