Carolina Marín y el reto del Mundial

Tan pronto apoyó su pierna derecha en el suelo, controlando el punto ante la india Saina Nehwal en la final la final del Masters de Indonesia de bádminton, Carolina Marín supo que se había hecho daño. Su rodilla derecha aguantó su peso y la violencia del impacto y se retorció de dolor en el piso, incapaz de contener el llanto. Llevaba nueve minutos de partido y mandaba con claridad (9-2), directa hacia otro título para engordar su estupendo palmarés. Le atendieron los médicos y quiso seguir jugando, tozuda como es, una deportista con el umbral del dolor por las nubes porque ha estado muchísimas veces castigada y nunca se ha rendido. Como de ambiciosa es que, con el ligamento cruzado anterior roto, tal y como confirmaron las pruebas médicas que le realizaron ayer, logró un punto, y encima de nivel. Ya con 10-3, en un desplazamiento hacia adelante confirmó que la rodilla no le respondía y no le quedo otra que abandonar después de valorar la situación con Anders Thomson, que estaba realizando las funciones de entrenador en lugar de Fernando Rivas. Desde ya, trabaja por volver a las pistas. La onubense era consciente de que algo tenía, pero nadie en su equipo, ni siquiera ella misma, pensaba que el diagnóstico iba a ser tan duro. Se fue de Yakarta con dolor y esperó a realizarse las pruebas médicas en España. «Carolina Marín sufrió el domingo la rotura del ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha (....). Tras las pruebas realizadas durante la mañana del lunes 28 en la Clínica Cemtro de Madrid, se ha confirmado el alcance de la lesión. El martes 29 a primera hora de la mañana tendrá lugar la operación en la misma clínica y se estima que el miércoles 30 comience su recuperación», rezaba el comunicado que enviaba el director de comunicación de la jugadora. «Volveré más fuerte» Hoy, a primera hora (7.30 horas), estaba previsto que Marín ingresara en el centro hospitalario y, una vez termine la intervención, los médicos y, presumiblemente, Fernando Rivas, el entrenador y la mano derecha de la campeona europea, mundial y olímpica, atenderán a los medios para explicar el resultado de la cirugía, los planes y los plazos estipulados para que vuelva a competir. Una lesión de este tipo, que es grave y muy habitual en el fútbol, suele conllevar una baja de entre cuatro y seis meses, e podría alargarse algo más. Marín, de 25 años, se enfrenta a la lesión más grave de su carrera, pero ya está pensando en su regreso. «Toca prepararse para la batalla más difícil, pero no tengo dudas de que volveré más fuerte», escribió la andaluza en Twitter. Es una incógnita, aunque parece complicado que pueda estar en plenas condiciones para disputar el Mundial de Basilea, que se celebra entre el 19 y el 25 de agosto y en donde defendería su corona tras conquistar en 2018, en China, su tercer título, algo que jamás se había conseguido. «Tanto ella como su Fernando ya están pensando en cómo afrontar los próximos meses para volver cuanto antes», confiesan desde su equipo.

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