Jugar, nadar, bailar o hacer carreras de relevos son algunas de las actividades que se llevan a cabo en la recién inaugurada Unidad de Rehabilitación Cardiaca Infantil del Hospital 12 de Octubre. En ella, niños de entre 9 y 17 años, que sufren cardiopatías congénitas complejas y han pasado ya por el quirófano, se ponen en forma para mejorar su calidad de vida y poder integrarse en las actividades diarias en el entorno escolar. La Fundación Menudos Corazones ha colaborado en el proyecto -que este miércoles visitó el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero- aportando material para hacer ejercicio a través del juego. Hay carreras, relevos, mini-fútbol, mini-baloncesto, baile y deporte con apoyo de videoconsolas, entre otras actividades. Se trata de evitar que estos chavales, por situaciones de sobreprotección, vean disminuida su actividad. La primera unidad de este tipo se estrenó en el Hospital Gregorio Marañón en 2015, y su utilidad para este tipo de tratamientos ha resultado contrastada. Esta nueva instalación del 12 de Octubre la desarrollarán aconjuntamente profesionales del Servicio de Rehabilitación y del Instituto Pediátrico del Corazón. Su objetivo principal es mejorar las condiciones físicas, pero también mentales y sociales, de estos pacientes, mediante pautas de ejercicio que minimicen los efectos negativos de su enfermedad. Cada paciente cuenta con un plan de atención personalizada que parte de una valoración inicial en la que se estudia cada caso, analizando la capacidad funcional y los posibles riesgos con la ayuda de una prueba de esfuerzo -ergoespirometría-, en la que se controlan parámetros de la función cardiaca, pulmonar y muscular durante el ejercicio. Supervisión médica Tras analizar los resultados, se diseña un programa de entrenamiento específico de 12 semanas de duración, en sesiones de pequeños grupos formados por 3 o 4 niños de similares edades y características. Se realizan dos sesiones semanales de una hora de duración, supervisadas por un cardiólogo pediátrico, fisioterapeuta y médico rehabilitador. Cada sesión, realizada en una sala habilitada con material específico, consta de una fase de entrenamiento de la musculatura respiratoria, otra de calentamiento, una más de entrenamiento de resistencia aeróbica y una última de vuelta a la calma y estiramiento. Además, como parte del programa, se incluyen varias sesiones en la piscina del Servicio de Rehabilitación. Las cardiopatías congénitas representan casi un tercio de todas las malformaciones al nacimiento. Su prevalencia ha aumentado progresivamente, hasta situarse en los últimos años entre el 7,2 y 9,1 por cada 1.000 recién nacidos vivos. Estos pacientes tienen un riesgo elevado de sufrir discapacidad, así como otros problemas de salud relacionados con su neurodesarrollo y funciones neurocognitivas, y sistemas osteomuscular y respiratorio, informan desde la consejería de Sanidad.
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