Así se reparte el poder en la patronal de la construcción de Las Palmas

El pasado cinco de junio cumplió 40 años de forma discreta la Asociacion de Empresarios Constructores y Promotores de Las Palmas (AEC), una de las entidades que forman parte del germen de la Confedederación Canaria de Empresarios (CCE-CEOE) que tiene como secretario general a José Cristóbal García. Se cumplió años pero no se ceberó, al menos públicamente, esa efeméride entre las empresas que la integran. El Gobierno de Canarias ha anunciado que hasta 2027 en las islas habrá el negocio de las infraestructuras contará con un presupuesto de 2.000 millones de euros. En Tenerife, la patronal de la construcción dice que el presupuesto público está escorado a Gran Canaria. La AEC de Las Palmas estuvo en su momento dirigida por el hoy senador autonómico Jorge Rodríguez (PP), que abandonó este puesto para ocuparse de la Concejalía de Urbanismo de la ciudad de Las Palmas en 1995 cuando era alcalde José Manuel Soria. En 1995 asumió el mando María Salud Gil, cargo de confianza de Rodríguez Pérez y después consejera de Asuntos Sociales del Cabildo de Gran Canaria con el PP. Gil Romero se fue de la patronal de la construcción canaria a fin de integrarse en el PP y gestionar los asuntos sociales; pero debió volver cuando José Manuel Soria dejó de ser presidente grancanario del cabildo de la isla. La experiencia de colocar a una empresaria, del grupo Verde Suárez, no funcionaría a efectos de diplomacia pública en un periodo de crisis en el negocio inmobiliario. La AEC regresó al perfil ejecutivo. Diplomacia Tras unas reñidas elecciones internas, Gil Romero recuperó el poder con el respaldo de firmas como Satocan, Lopesan y Pérez Moreno. El hoy presidente del Puerto de Las Palmas, Juan José Cardona, que venía por Santana Cazorla, no pudo ganar. Gil Romero ha dirigido la patronal de la construcción de Las Palmas porque tiene experiencia en gestionar equilibrios entre las empresas de la construcción de Las Palmas que colisionan todos los días en el perfil del contratante de las Adminisraciones canarias. Es la única mujer que se sienta en la CCE de Las Palmas, donde todos los dueños del poder son hombres. María de la Salud Gil es presidenta de la AEC de Las Palmas aunque, como el presidente de la CCE, es empleada. Tiene en común con Agustín Manrique que es militante del PP. El grueso de su agenda institucional es la gestión de intereses de sector ante los reguladores del circuito de la obra civil. Intereses Los directivos que representa afrontan nuevas inversiones públicas. Las empresas con alta liquidez en el negocio de las infraestructuras son las que tienen el peso de las decisiones en la AEC. Dos de sus tres viepresidentes son Eustasio López (Lopesan) y Javier Pérez Zúñiga de Pérez Moreno. Pérez Moreno ya factura más dinero que Lopesan en construcción. Desde 2015, Pérez Moreno ha aumentado sus ingresos en un 188%. Buena parte de la cuota de mercado de Pérez Moreno depende de los intereses que tiene en Gran Canaria. En el negocio de la construcción de Las Palmas manda también José Román Ramos Valencia, de Hormigones Canarios. Neftalí Acosta, de CPA, junto al majorero Juan Rodríguez, de Cororasa, que ha estado en concursal, cierran el círculo del poder en la AEC de Las Palmas En el capítulo de «otros», en la junta directiva de la AEC se sientan Jaime Wolgeschaffen López. de Canary Concrete (vinculada a Satocan), Ángel Luis Montañez, de Prefabricados Arinaga (del lanzaroteño Grupo Rosa); David Lobo Torres, de Bitumex (cotrolada por Lopesan); Calixto Domínguez, Proycondor; Javier Armengol Relancio, de Seinco; José Estévez, de Lem Infraestructuras y Servicios;, Enrique Tarancón, por Satocan, y Jaime Pereira González, de Hermanos Santana Cazorla. Otras representaciones importantes en el cuadro de mando de la AEC de Las Palmas es la que integran Juan Carlos Santiago Cubas, de Félix Santiago Melián; Delia Esther Gutiérrez, por Preconte; Manuel Sánchez por VVO; José Acosta Matos, de Acosta Matos; Yaiza Rodríguez Sánchez, de Construcciones Rodríguez Luján. Tenerife Si en Las Palmas está AEC en Santa Cruz de Tenerife se encuentra Fepeco. Su presidente se llama Óscar Izquierdo. A su juicio, «los líderes de la mayoría de los partidos políticos de Canarias son originarios de Gran Canaria y eso no tendría más importancia, ni la debe tener, si no fuera porque la experiencia nos ha demostrado que, en muchísimas ocasiones y en la toma de decisiones trascendentales, les puede más el nacimiento que el cargo que ocupan». Apunta, en un artículo de opinión publicado en «El Día», que «cuestión muy diferente es la experiencia histórica de líderes de Tenerife que, por lo general, han sucumbido a ese discurso pseudoautonomista y encubridor, como pretexto para obtener beneficios insularistas proclives a los intereses grancanarios». Instromisión El dirigente empresarial tinerfeño opina que «se está produciendo más de lo conveniente, en instituciones, entidades, organizaciones de diverso tipo, empresariales, sindicales de carácter provincial o insular tinerfeñas», la llegada de «representantes venidos expresamente desde Gran Canaria, con la disculpa manida de que Canarias es una sola región, descartan a los de aquí, para poner a los de allí, con el fin de dirigir las políticas que se ejecutan en nuestra provincia o desde Tenerife, siempre con el objetivo primario y a la vez último de controlar la actividad económica y social de Canarias». Afirma que tras sus palabras «saldrán como avispas los defensores ortodoxos de una pretendida unidad autonómica, por cierto, totalmente desnivelada, criticando nuestra posición legitima como insolidaria, dándole un matiz negativo; los puristas, los de siempre, los conocidos, a los que se les llena la boca hablando de Canarias como unidad indestructible, nos criticarán porque descubrimos públicamente lo que está pasando». Agrega que «estamos padeciendo una indolencia a todos los niveles, que está repercutiendo en una desvertebración territorial, económica y social de Tenerife, lo que pone en peligro un desarrollo sostenible que tiene que materializarse en más acción, menos complejos de inferioridad y más orgullo tinerfeño» y que «ante los que se escandalizarán por lo que decimos, sencillamente decirles que la verdad y las pruebas aguantan cualquier crítica».

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