sábado, 21 de septiembre de 2024

El Betis Baloncesto aplica en Huelva todo el peso de la lógica (62-89)

Poco a poco, sin prisa pero sin pausa, el Real Betis Baloncesto se va afinando. Y lo hace al armonioso ritmo de las victorias, que engordan el casillero estadístico más importante, inflan la moral y llenan el tanque de la confianza, combustible mágico que potencia las cualidades baloncestísticas. El mejor suplemento. En Huelva , ante un rival de inferior categoría, el Betis cumplió con el guion prestablecido. Aplicó todo el peso de la lógica y volvió a ganar en la Copa de España sellando un pleno de triunfos: tres de tres a falta de una jornada para el líder del Grupo F. El partido le reportó el premio mayor de la victoria y le sirvió desde el punto de vista de la preparación. Esta vez ganó sin abusar del triple (8/22) y, ante la baja de DeBisschop, jugadores como Radoncic (16+6) y Rubén López (14+6) dieron un paso al frente. También Renfroe, autor de nueve puntos, cuatro rebotes y seis asistencias. Debe ser el estadounidense la brújula del equipo. Buenas noticas que agradecerá, sobre todo, Gonzalo García de Vitoria , el técnico verdiblanco, encargado de sacar el máximo rendimiento posible a esta plantilla diseñada con un objetivo clarísimo cuyo camino comienza el 28 de septiembre en San Sebastián. La diferencia de categoría se hizo palpable muy pronto. A toda pastilla empezó el Betis, con un hambre voraz en materia anotadora que se reflejó en el 0-8 de salida. Toda una declaración de intenciones. El Betis quería la victoria, por la vía rápida además, y a ello se puso sin interrupciones . Barandalla, con sendos dos más uno, activó al Ciudad de Huelva, pero en seguida calibró sus muñecas Hughes con dos triples limpios que prologaron un rotundo parcial de 0-11 (9-23) en el que sobresalió el trabajo de Radoncic y Domènech, relevo de un invisible Kasibabu que apenas jugó tres minutos en todo el primer tiempo. Zanjado el primer asalto, el dominio bético era incontestable: 10 de ventaja (13-23) , 60% en el tipo de campo, 50% en el triple y el doble de rebotes (13/6) que su rival. Niquelado. Chabi Yo, Diene y Ortiz taladraban un 7-0 que adelgazaba al máximo (20-23) el mullido colchón que se había asegurado el conjunto verdiblanco al final del primer cuarto. Perdió mínimamente la concentración el Betis y el Ciudad de Huelva, ipso facto , se le subió a las barbas. Un toque de atención . No entraban en calor Benite ni Jelinek, que son jugadores que necesitan anotar para sentirse a gusto en la pista. De pronto, el aro onubense se había cerrado completamente mientras el equipo choquero, más concretamente Mays, se aliaba con el triple para enchufarse. Un parcial de 10-1 (23-24) obligó a la parada en boxes del Betis . El pinchazo era evidente. Gonzalo García llamó a capítulo a sus chicos para reordenar ideas. Se había ahogado el equipo, pero de inmediato rezongó. Jelinek le insuflaba aire al Betis (23-28) y Suárez pulsaba el botón del triple para bajar el suflé de la rebelión onubense (23-31), que no llegó a ser tal. En conato se quedó. Benite atizaba de tres pero fallaba una bandeja sencilla cuando Gonzalo García activaba de nuevo a dos de sus mejores hombres: Hughes y Radoncic, que dio un clínic jugando al poste minimizando así la baja de DeBisschop . Dos maniobras de pívot puro por parte del montenegrino distanciaron al Betis (26-39) y lo convirtieron ya en el máximo anotador del partido. El Ciudad de Huelva hacía lo que podía. Competía a impulsos, jugando casi siempre muy rápido, pero sin especular. Con Hughes, Radoncic y Domènech, el Betis Baloncesto se articulaba mejor y se mostraba mucho más sólido, equilibrado y fluido. Radoncic estaba on fire, imparable, exhibiendo fundamentos, con madera de líder. Era su noche. Si el Betis aumentaba la presión sobre el balón, obtenía rédito siempre por la diferencia de físico y calidad. El dominio avasallador del rebote (24/12) completaba el trabajo al intermedio dejando el partido encarrilado (28-46). Los 20 de ventaja cristalizaron en la primera jugada de la reanudación. Hughes castigó un pase horizontal anticipándose, robando y machacando a una mano (28-48). Domènech y Rubén López de la Torre se animaban también, diversificando las vías de anotación y abriendo de paso una zanja ya irreparable (28-53). El partido, a esas alturas, apenas rebasado su ecuador, tenía ya la historia que el Betis, tan superior era, quisiera. Kasibabu, sin mucha fortuna, se empeñaba en encontrar su sitio en la velada, pero quienes de verdad le daban presencia por dentro al Betis entonces eran, con Radoncic en el banco, Domènech y Rubén López (32-58). Antes que a Renfroe, Gonzalo García le daba carrete al canterano Pablo Marín. Cuando Hughes acertó dos tiros libres (35-60), la frontera de los 80 puntos quedaba a 20 con 14 minutos por delante . Otro pequeño reto factible para un Betis más coral y expansivo que en días precedentes. Desde el triple trataba de respirar el Ciudad de Huelva (47-64) aprovechando que el Betis, algo intermitente cuando soltaba el mazo, levantaba otra vez el pedal del acelerador. Cuando se desconectaba, sus jugadores abusaban más de las individualidades, con Kasibabu especialmente errático, sin dar una a derechas. Su equipo era netamente superior (47-64), pero el tercer parcial se lo apuntó el rival (19-18) por esa relajación lógica de la que no pudieron escapar los verdiblancos al quebrar el partido. Tras muchos minutos en el banco, Renfroe se puso las pilas cuando pisó el parqué y en un par de maniobras dejó destellos de la calidad que sigue atesorando (47-72). Que este jugador vaya cogiendo galones es fundamental para este Betis. Igual de importante que el paso al frente dado en Huelva por Radoncic (16+6 rebotes), quien debería ser diferencial en la Primera FEB. Entre Jelinek y Renfroe, muy afinados en el tramo final, ponían en órbita al Betis , superando la cota de los 80 y alcanzando una ventaja superior a los 30 puntos (49-82). Aunque el encuentro era ya de guante blanco (que se escuchara el chirriar de la zapatilla lo ponía de manifiesto), Gonzalo García se afanaba en que sus chicos no perdieran la concentración ni tampoco la seriedad, y que cada minuto sirviera porque el comienzo de la Primera FEB está cada vez más cerca. A una semana. El Betis la encarará con la tranquilidad de haber dejado hechos los deberes en la Copa.

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