Como muchos de los misterios de Sevilla, indescifrable, la Carrera Nocturna no se puede explicar. Es una fiesta del deporte con un increíble poder de convocatoria. El mayor de una prueba de este tipo en Europa, según referenció el alcalde, José Luis Sanz , en los prolegómenos. Se trata de la noche por antonomasia del corredor popular. Para entender la Nocturna, simplemente hay que vivirla y disfrutarla. Sentirla y vibrar con ella. Como han hecho miles de corredores por la ciudad. En categoría masculina se ha impuesto el ecijano nacido en Castellón David Palacio , en 25 minutos, y en la femenina, la malagueña Belén Infantes , empleando 30 minutos clavados. Es la Nocturna, donde todo es de color, una experiencia sensorial que rezuma buen rollo y ganas de disfrutar, pero también un acontecimiento único, en el sentido de genuino, que a fuerza de repetirse se ha elevado a tradición. Cada vez se apunta más gente, síntoma inequívoco de su rotundo éxito. La 'marea naranja' de la Nocturna del Guadalquivir KH7 , de la que ABC de Sevilla es medio oficial, tiene denominación de origen y una idiosincrasia coloreada de naranja. Es puro entusiasmo. Hoy ha cumplido 36 ediciones, batiendo además su propia plusmarca de participantes, con 22.094 inscritos . Una auténtica barbaridad de la que presumir. Nadie podía imaginarse el año de su fundación qué envergadura acabaría alcanzando la prueba. Y lo cierto es que su expectación no decae. No se desinfla el globo con el paso del tiempo. Lejos de ser el fruto de una moda, llegó para quedarse. El 'Rubicón' de lo circunstancial y lo temporal ya lo franqueó. Estos últimos días, desde la organización de la prueba, que corresponde al Ayuntamiento de Sevilla y el IMD, se han quedado gratamente sorprendidos con el ritmo de inscripciones . Un goteo incesante que no paraba en la larga víspera. Y como no se detenía, ampliaron el plazo hasta las ocho de la noche, dos horas antes de la salida. Para que nadie se quedara atrás y para darle más tiempo al indeciso, a ese que se niega y se niega en rotundo a calzarse las zapatillas hasta que le puede más la afición y lo hace todo, registro y recogida del dorsal, a última hora. Por instinto, en un arrebato. A contrarreloj. Y eso que el tiempo es lo menos importante en la Nocturna. No hay clasificaciones ni cronometrajes . Así aparece en sus bases. Su filosofía es otra, casi alternativa. Va a su aire. La esencia de esta carrera se mueve en el terreno de la paradoja: lo menos importante es el tiempo que se logre. Al Paseo de las Delicias, a esta suerte de 'carrera oficial' (nunca mejor dicho) en que se ha convertido el tramo comprendido entre la Glorieta de los Marineros y el cruce con la Avenida Molini para las grandes pruebas atléticas de la ciudad, se viene a desconectar. A pasarlo en grande y disfrutar de un par de horas en compañía de la pareja, los amigos, la familia o alguna asociación de carácter solidario o reivindicativo. En la Glorieta de Buenos Aires , frente al Conservatorio de Danza , y en las calles adyacentes se concentraba el mundo de la Nocturna, con un trajín de corredores calentando, ida y vuelta, desde al menos una hora antes del comienzo. A la salida acudió el alcalde, José Luis Sanz , así como la nueva delegada de Deportes, Silvia Pozo , amén del coordinador general de Deportes, Ricardo Villena. Música a toda pastilla en los prolegómenos y una banda sonora de lo más reconocible para soltar nervios y entrar en calor hasta que, a las 22.00 horas, en un alarde puntualidad británica, arrancó la carrera tras completarse la cuenta atrás mientras tronaba por los altavoces 'Mi gran noche'. Y como si de una llamarada se tratase, la Nocturna encendió la noche sevillana desplegándose cual lengua de fuego por el Paseo de las Delicias, primero, Paseo Colón después; y a continuación, por Torneo hasta el giro en la Glorieta Duquesa de Alba, junto al Puente de la Barqueta, en dirección Resolana. Una colonización fugaz de camisetas naranjas. En total, apenas 8,5 kilómetros sobre un circuito muy plano para disfrutar desde otra óptica de las calles de la ciudad al relente de la noche. Sin prisa pero sin pausa, cada cual a su ritmo. Unos, casi paseando; otros, trotando; y los menos, corriendo de verdad. Porque en la Nocturna, la prueba más multitudinaria de la ciudad y con mucha diferencia sobre la siguiente , hay espacio para todo el mundo, y desde luego que para la élite. Los profesionales. Son la minoría que más brilla entre la multitud, versos sueltos de una carrera que le hace un guiño en su espíritu a Pierre de Coubertin. Lo importante aquí no es ganar, sino participar. En el cajón de élite se agrupaban corredores como David Palacio, Rubén Álvarez, Carlos Muñoz, Marco Rufo, María Pujol, Belén Infantes, Mamen Ledesma o Carmen Gutiérrez, entre otros. Los líderes masculinos, un grupo de unos ocho atletas, se plantaron en doce minutos en la Glorieta Duquesa de Alba y a partir de ahí se fue desmembrando hasta que el mediofondista David Palacio pegó el hachazo en la entrada a la Ronda de Capuchinos y se fue en solitario hasta la meta. La victoria en categoría femenina se la llevó Belén Infantes, que impuso un ritmo inalcanzable para el resto y revalidó el triunfo de 2023. El podio en chicos lo completaron Pedro Garrido y Pablo Salcedo; y el de chicas, Carmen Gutiérrez y Eva Infantes, hermana de la ganadora. En handbikes vencieron Javi Reja y Eva López, mientras que en silla de ruedas el triunfo se lo apuntó Joaquín García.
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