A tan solo unos días para que comience su participación en la Liga 2024-25 en Villarreal (lunes 19, 21.30 horas), el vestuario del Atlético de Madrid , como el de la gran mayoría de los clubes de Primera división, continúa en obras y los movimientos en el mercado resultan una constante. Algunos se realizan siguiendo al pie de la letra la hoja de ruta diseñada conjuntamente por la dirección deportiva y Diego Simeone, pero otros se desencadenan por cambios de guion inesperados en operaciones que parecían totalmente cerradas, como en el caso del traspaso de Samu Omorodion , campeón olímpico español, al Chelsea. La entidad londinense daba un volantazo al echarse atrás el pasado domingo y esa negativa ha dejado en el aire el fichaje por los rojiblancos de Conor Gallagher (centrocampista del conjunto de Stamford Bridge que lleva días en la capital de España) porque ambos movimientos seguían vasos comunicantes y estaban vinculados. Con quien ya sí respiran tranquilos los colchoneros es con Julián Álvarez (24 años), delantero del Manchester City que este lunes pasaba reconocimiento médico antes de visitar el Metropolitano, donde firmó contrato con los madrileños hasta 2030. Un campeón del mundo y de dos Copa Ámérica con la selección albiceleste, de la Copa Libertadores con el River Plate, y de la Champions y la Premier con el City cuya contratación desata la ilusión y la euforia de la hinchada. Ese palmarés y los 75 millones de euros (más 15 en variables) que cuesta su llegaba confirman que el del argentino no es un fichaje más. Los fanáticos de River, el club en el que triunfó en Argentina, aseguran que al ver a Julián Álvarez con la pelota en los pies se entiende que practicar este deporte era el destino. Un jugador habilidoso y con facilidad para el gol que debutaba con el River en octubre de 2018 y que solo munas semanas después, con 18 años, levantaba la Copa Libertadores en aquella edición que tuvo el Santiago Bernabéu como escenario. Máximo realizador de la liga argentina en la temporada 2020-21 (18 goles), cerró su etapa en el equipo bonaerense con 54 dianas en 122 partidos. En 2022 fue traspasado al Manchester City , equipo con el que ha ganado dos títulos de Premier League, la Champions League, la FA Cup, Supercopa de Europa y un Mundial de Clubes, aunque con Guardiola no consiguió asentarse como titular indiscutible. Álvarez, un refuerzo con el que el Atlético da un evidente salto de calidad, es un jugador que le puede venir de perlas al ataque de Simeone porque es uno de los delanteros más polivalentes del fútbol actual. Puede jugar en cualquier posición de la vanguardia, aunque como más cómodo se siente es actuando como segundo punta con la principal referencia ofensiva por delante. Mirando los movimientos de entrada que lleva realizados en este verano, resulta complicado intentar justificar el cartel de 'equipo del pueblo' que colgó el Cholo Simeone al Atlético de Madrid, que, tras el fichaje de Julián Álvarez, lleva ya invertidos 150 millones en refuerzos para su técnico. A la cifra que se paga por el atacante argentino se suman los 60 millones que han supuesto las incorporaciones del defensa Robin Le Normand (Real Sociedad), un campeón de Europa, y de Alexander Sorloth (Villarreal), goleador que la pasada campaña se quedaba a un paso de terminar como pichichi de la Liga. Si finalmente consigue desencallar la operación y une al inglés Gallagher a su proyecto, el conjunto colchonero tendrá que pagar al Chelsea una cifra cercana a los 40 millones de euros. En total casi 200 millones para intentar competir por todo en España, está vez sí, con Real Madrid y Barcelona, y en Europa con los clubes de las grandes ligas. A pesar de que asusta, y mucho, esta cifra no es, sin embargo, la mayor cantidad invertida por el Atlético de Madrid en el último lustro para reforzar el equipo en una ventana de verano porque en la campaña 2019-20 el gasto se fue hasta los 247 millones. Aquel fue el curso en el que se incorporaron, entre otros, el portugués Joao Félix (el fichaje más caro en la historia de la entidad, 127 millones), Marcos Llorente (30), Mario Hermoso (25) o el inglés Kieran Trippier (22). Cedido el pasado año en el Barcelona y media temporada antes en el Chelsea, el delantero portugués puede convertirse ahora en la solución para el laberinto en el que se ha metido la entidad rojiblanca tras venirse abajo la marcha de Samu Omorodion al conjunto londinense. Conor Gallagher, que ha llegado a entrenarse un día con el chándal del Atlético, es el todoterreno elegido para aportar el oxígeno que se ha echado en falta en el centro del campo en las últimas campañas y se quiere contar con él en la plantilla. Cerrada la puerta de Samu, la llave de su llegada apunta a Joao, al que durante el verano se le ha estado buscando una salida. El atacante dejó buen sabor de boca durante su cesión y en Stamford Bridge se intentó entonces negociar con el Atlético un traspaso, aunque la oposición de Mauricio Pochettino, entonces el entrenador de los blues, echó para atrás la operación. El Chelsea parece haber retomado ahora el interés por él y Jorge Mendes, representante del internacional, ya se está moviendo en esa dirección. El traspaso de Joao podría rondar los 55 millones, que vendrían de maravilla a los colchoneros para financiar el fichaje del centrocampista inglés. Los 70 millones de euros que aportó a la caja una reciente ampliación de capital y lo ingresado por las ventas de Morata al Milan (15) y Soyuncu al Fenerbahce (8) no alcanzan para cubrir los costosos fichajes del Atlético, que necesita realizar una venta importante para poder cuadrar la operación de Gallagher, una prioridad porque en el equipo no hay un jugador de sus características.
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