lunes, 19 de junio de 2023

De cómo Luis de la Fuente pasó de estar en la cuerda floja a recibir el elogio del mundo del fútbol

Más de veinte minutos después de terminar el partido seguía la fiesta sobre el césped del estadio. En la esquina del graderío en el que se ubicaba la afición española en De Kuip sonaban las notas del himno nacional saliendo de una trompeta y los jugadores amagaban con lanzarles la copa a los hinchas. Ansu Fati ponía centros al área para que los rematara un familiar, y en la otra portería Morata jugaba con sus pequeños como un infante más. Alguien sacó también una nevera con cervezas. Al margen de la importancia del título, que es la que es, había ganas de celebrar en un grupo que no lo ha pasado bien en los últimos tiempos. Noticia Relacionada estandar No Celebración de España tras ganar la Nations League: fiesta y actuaciones en directo en el Wizink hoy ABC Sigue en directo la celebración de la Selección Española de Fútbol tras ganar la UEFA Nations League frente a Croacia. Todas las noticias de última hora en el Wizink Center de Madrid hoy Mientras, sentados en el podio donde poco antes Jordi Alba elevó el trofeo al cielo, Luis Rubiales y Luis de la Fuente, presidente y seleccionador, compartían unos minutos de confidencias. «Una charla de dos amigos», según el técnico: «Ha sido un camino duro y era el momento de soltar toda la tensión». A De la Fuente , como a casi todos, hay que leerle también entre líneas. Apenas lleva seis meses en el cargo, solo ha dirigido cuatro partidos, pero su mandato al frente del equipo nacional ha dado para mucho. El domingo, sin estridencias, con naturalidad, reivindicó su idea ante todos aquellos que la han criticado durante los meses últimos. No pasó facturas -al contrario, prefirió quedarse en un segundo plano, sin protagonismo-, pero sí intentó dejar claro que estaba en lo cierto cuando en marzo, tras la dolorosa derrota en Glasgow, dijo que sólo necesitaba tiempo, que no había que separarse «ni un milímetro» del camino. Ascendido de urgencia desde la sub-21 tras el fiasco con Luis Enrique en el Mundial, su candidatura se impuso al resto de las que fueron valoradas, como las de Marcelino García Toral o Roberto Martínez. Desde ese mismo día cada uno de sus pasos ha ido dejando un rastro de dudas. Su falta de bagaje en el fútbol de élite, más allá de sus éxitos con las inferiores, ha hecho que le acompañe un halo de interinidad. De ahí que, literalmente, no se le pasara ni una. Su carácter facilitó el trabajo de los colmillos más afilados. De la Fuente es amable, educado y no entra en provocaciones, aunque le ponen nervioso. Por supuesto, ha habido errores. Fuera del campo se sintió traicionado por Sergio Ramos cuando el andaluz desveló la conversación entre ambos en la que, supuestamente, el seleccionador le dijo que no iba a contar con él. Esa bomba dinamitó su primera convocatoria y la rueda de prensa posterior, a la que no llevó un argumento convincente en su defensa. No quiso contar qué ocurrió en aquella videollamada por tratarse de una reunión privada, pero repitió varias veces que no había vetado a Ramos. Incluso hay gente del entorno que asegura que, de no haber terminado aquello de esa forma, el zaguero habría entrado en la lista de esta Nations League de una forma similar a como lo han hecho Alba y Navas. Con estos dos veteranos, y con otros tantos, también se comunicó De la Fuente en sus primeros meses, preguntándoles por su predisposición y compromiso al margen de cuál fuera su decisión final. Dicen que el de Camas entendió mal el mensaje. El otro gran error es más futbolístico. Tiene que ver con la forma de revolucionar el once en Glasgow después de la victoria ante Noruega. Los ocho cambios de golpe sentaron mal al equipo. La defensa, inédita, se vio desbordada. Los ataques crecieron en intensidad. Pasan los meses, y la selección desaparece de la mente de los aficionados. La Champions, el desenlace liguero, los líos racistas que revuelven a Vinicius… Casi nadie se acuerda de que España se juega un título a final de temporada. Llega la convocatoria, y la lista de De la Fuente parece una enmienda a la totalidad: trece cambios. No están, en un primer momento, ni Aspas, ni Nacho (que sí entró después por la lesión de David García), ni Borja Iglesias… todos aquellos que habían convertido su primera lista en la entente cordial de todos los aficionados. Tanto cambio, tanto vaivén, se analiza como una muestra de debilidad del seleccionador. Y empiezan los rumores sobre su futuro. Se filtra que los pesos pesados del equipo no le quieren. Y que un fracaso en Países Bajos sería definitivo para él… En su primera aparición ante los medios le notan más serio de lo habitual, a la defensiva. «La experiencia te enseña», dice. «Pero sigo siendo el mismo. Sonría o no sonría». De la Fuente creía saber en diciembre la magnitud del puesto que asumía, pero la realidad le había superado. Ya lo ha aprendido. Intuye que puede estar en la cuerda floja, pero decide seguir siendo el «hombre tranquilo». A los jugadores los recibe en Las Rozas diciéndoles que van a ganar este torneo. El resultado se vio en la final ante Croacia, en la piña que formó con su staff al marcar Carvajal, y en cómo uno a uno fue repartiendo abrazos entre sus jugadores. MÁS INFORMACIÓN noticia No Uno x uno del Croacia - España, final de la Nations League: Los galones de Laporte noticia No Rodri, el capitán sin brazalete que volvió a dominar el centro del campo noticia No Joselu, el campeón de la Nations League que jugará cedido en el Madrid la próxima temporada «No me esperaba ganar tan pronto. Hace poco tenía otras preocupaciones…», dice antes de recibir el aplauso de la sala de prensa en el estadio del Feyenoord. De nuevo se le puede leer entre líneas. El seleccionador se ha ganado el respeto, pero sabe que la memoria es frágil, y que en septiembre tiene dos partidos fundamentales ante Georgia y Chipre en el grupo de clasificación para la Eurocopa. Ahí tampoco caben errores.

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