Finalmente no habrá hoy reunión entre el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, y la presidenta del Congreso de los Diputados, Meritxell Batet. Pero sí se conocerá la fecha de la investidura. Formalmente es la presidenta de la Cámara Baja quien debe anunciar la fecha tras consultarlo con el candidato a la investidura. Sánchez trasladará por la mañana a Batet cuándo quiere someterse al debate y votación del Congreso. Pero esa comunicación será vía telefónica y no presencial, según confirmaban ayer tanto fuentes socialistas como de la presidencia del Congreso. Al término de ese contacto telefónico, Batet informará a los grupos parlamentarios y posteriormente comparecerá ante la prensa. El motivo de que la reunión finalmente no pueda tener lugar es que Sánchez tendrá que permanecer en Bruselas. Hoy vuelven a reunirse los países miembros de la UE para tratar de desbloquear el reparto de cargos institucionales. Desde el Gobierno aseguran que ante una cita así la permanencia de Sánchez en la capital comunitaria es obligada. Inciden además en que su presencia es «inexcusable» en tanto que es el negociador principal de la familia socialdemócrata europea. Sin perspectivas de acuerdo claro, el Gobierno ha preferido solventar por esta vía la cuestión de la fecha al no saber todavía si por la tarde estará ya en Madrid. No obstante, la cuestión clave del encuentro, conocer la fecha de investidura, se resolverá de igual modo, como estaba previsto. No se ha querido posponer el encuentro al miércoles. Lo que casa con el mensaje de que Sánchez quiere un Gobierno ya, sin más dilación. En estos momentos las dos fechas más probables para que comience el debate de investidura son el 8 de julio o el 22 de julio. En ambos casos la primera votación sería un día después. Pero todo son ideas que tienen en la dirección socialista donde remiten a la decisión del presidente, que la tiene ya decidida. Esa primera votación es la referencia a partir de la que se ponen en marcha los mecanismos constitucionales en caso de repetición electoral. En el primer caso los nuevos comicios serían el domingo 27 de octubre y en el segundo, el 10 de noviembre. En los últimos días, desde el Gobierno se venía a descartar el 15 de julio porque en caso de bloqueo eso llevaría a la repetición electoral al 3 de noviembre, en pleno puente de todos los Santos. «Esa fecha no parece la mejor idea», decían en Moncloa estos días. El convencimiento de los socialistas es que con una fecha concreta empezarán a activarse las tensiones y las presiones en el resto de formaciones. Al contrario de lo que siguen sosteniendo en Podemos, en el PSOE están convencidos de que Pablo Iglesias «no puede permitirse votar no en una investidura». Podemos, «a la espera» Ayer la portavoz de Podemos, Noelia Vera, expresó que Iglesias volverá a acudir a la nueva ronda de consultas de Sánchez «con voluntad de acuerdo» y con el objetivo de recibir una propuesta programática para avanzar en el cogobierno. «Estamos a la espera de que nos contacte», reconoció Vera. En contra de las declaraciones de los socialistas, entre ellos la vicepresidenta Carmen Calvo, en Podemos insisten en que al secretario general no se le trasladó durante ninguna de las cuatro reuniones con el presidente del Gobierno en funciones una propuesta concreta. «Creemos que lo mejor ahora es un gobierno de coalición que pueda generar estabilidad en este país», expresó Vera, una vez más. Podemos reprochó a Sánchez ayer que vaya a convocar el debate de investidura de julio sin los apoyos atados y la portavoz de la formación morada sugirió de nuevo que sin un Ejecutivo de coalición no apoyarán la investidura de julio. «Hay una gran parte del PSOE que quiere conseguir la abstención de la derecha (...) Quieren revalidar el pacto de 2016» entre Sánchez y el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera. Con este escenario, Iglesias tiene marcado en el calendario septiembre como «segundo intento». Podemos lo fía todo a que cuando «se den cuenta» de que el «no» de Rivera es «de verdad» tendrán que buscar con ellos un acuerdo. PP y Cs apremian al PSOE En el discurso inaugural del Curso de Verano de FAES, el expresidente del Gobierno José María Aznar aseguró ayer que quien se presenta a una investidura debe tener claro «cuál tiene que ser la mayoría con la que va a gobernar» y recriminó a Sánchez que exigiera «apoyos gratuitos»: «Los juegos tácticos tienen que tener un límite, no estamos para estas diversiones». Por su parte, Pablo Casado, aunque hablando en un contexto más amplio, señaló que no cooperará «ni activa ni pasivamente para que el PSOE siga igual». Con el «no» a Sánchez ratificado por una amplia mayoría del Comité Ejecutivo de Cs y apuntalado en un Consejo General de reafirmación de Albert Rivera, los liberales parecían ayer desahogados tras una semana complicada. José Manuel Villegas, secretario general del partido, tachó de «teatro» que algunas voces en el PSOE insistan en reclamar una abstención de PP o Cs. En la madrileña calle de Alcalá, donde tiene su sede nacional Cs, están convencidos desde hace meses de que Sánchez ya tiene su gobierno cerrado con sus «socios preferentes». «Está lanzando cortinas de humo para intentar blanquear ese acuerdo», dijo ayer Villegas, que apuró a PSOE y Podemos para cerrar su «gobierno de colaboración».
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