
Su relación forma ya parte de los libros de historia del tenis, y no de un capítulo cualquiera. Federer y Nadal, Nadal y Federer, componen por sí mismos un capítulo irrepetible de las rivalidades más competidas y al mismo tiempo ejemplares de los valores que un jugador debiera reunir según los canónes más embrionarios del deporte. La estampa de ayer hablaba por sí sola. Después de fundirse a pelotazos durante cuatro sets espectaculares, hasta cinco bolas de partido necesitó el suizo para cantar victoria ante un Nadal que se aferraba a la pista como si en ella le fuera la vida, se fundieron en un abrazo que por sí solo engrandecía la dimensión del duelo. Un 'tie break' de lo más exigente dio paso a un segundo set donde Nadal puso el turno y barrió a Federer. El suizo, recompuesto tras la igualada, supo llevar la iniciativa incluso cuando le tocó restar, muy encima de la línea cuando servía el de Manacor. 6-3 y 6-4, Wimbledon, el tenis en general, se frota las manos esperando al siguiente capítulo de esta rivalidad histórica. Rivals on the court. Friends off it. 🤝#Wimbledon | @RogerFederer | @RafaelNadal pic.twitter.com/Kvc4TWk6Jy— Wimbledon (@Wimbledon) July 12, 2019
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