Al Betis se le escapó la posibilidad de disputar la final de la Copa del Rey que se jugará en su estadio el próximo 25 de mayo y el Valencia será el que esté ese día en el Benito Villamarín para disputar el título al Barcelona. En un partido con más emoción y nervios que fútbol, un gol de Rodrigo en el segundo acto sentenció la eliminatoria y desató la fiesta en Mestalla, que vibró y no paró de empujar a su equipo. El empate de la ida (2-2) obligaba al Betis a marcar en Mestalla, esta noche una caldera permanente que no descentró a su rival. Los sevillanos mantuvieron la cabeza fría en el inicio y se mostraron fieles a su estilo de toque para buscar el gol que le guiara a la final. Con un Valencia bien organizado y refugiado en su campo, la paciencia de los verdiblancos resultó desesperante en algunas fases de un primer tiempo en el que un disparo de Joaquín y un lanzamiento de falta de Canales buscando la escuadra fueron sus primeros avisos. El equipo de Marcelino, que antes del descanso pecó de un exceso de conservadurismo para disgusto de su técnico, se encomendó a un robo de balón para intentar exhibir su verticalidad, pero Gameiro y Rodrigo no aparecieron hasta el segundo acto. El planteamiento local terminó por enchufar a los andaluces, que pudieron marcharse al descanso con ventaja en un lanzamiento de Jesé al que Jaume respondió con una buena mano. Al Betis se le multiplicaron las dificultades porque Rodrigo, a pase de Gameiro, puso por delante al Valencia en el inicio del segundo periodo. Mestalla lo celebró dos veces porque la revisión del VAR mantuvo el suspense unos segundos eternos para la afición. Mandi rompió el fuera de juego y los verdiblanos pagaron su error porque necesitan ya dos goles. A remolque, la entrada de Tello agitó al Betis, aunque no perdió su estilo y el equipo de Quique Setién acabó muriendo con sus ideas ante un Valencia que sufrió en los últimos minutos, en los que los verdiblancos, con Feddal como delantero centro, reclamaron un penalti sobre Loren. Los locales aguantaron de pie y el 25 de mayo buscarán su octavo título de la Copa ante el Barcelona. La última ocasión en la que el Valencia disputó la final de la Copa del Rey fue en 2008, año en el que consiguió levantar el trofeo al superar al Getafe.
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