Y Gabriel Rufián contestó a Vox. Ya fuera por que, como justificó en el juicio, convino con las defensas que eso era lo mejor para los procesados, o por que la multa impuesta el día anterior a dos exdiputados de la CUP por negarse a hacerlo ha tenido efectos preventivos, lo cierto es que Rufián accedió ayer a responder en su testifical a las preguntas de esta formación. «Contestaré, pero me parece una vergüenza que estén aquí», dijo el diputado independentista, aprovechando también para tachar de «xenófobo y racista» al partido de Santiago Abascal. La testifical del histriónico diputado republicano ofreció destellos de su provocador estilo, pero estuvo lejos del matonismo que habitualmente exhibe en el Congreso de los Diputados. En parte porque el presidente del tribunal, Manuel Marchena, le paró los pies cuando asomaban sus arengas políticas. «Sé que se pueden llegar a decir muchísimas cosas. [...] No me interrumpa. Usted no ha venido a aquí a descalificar jurídicamente las acusaciones; el tribunal pide que describa los hechos, no los valore», le recriminó el magistrado en más de una ocasión ante su incontinencia verbal. Por lo demás, en cuanto a la descripción que hizo de los hechos objeto de enjuiciamiento, que, por otra parte, en materia judicial es lo único que importaba de su testimonio, Rufián coincidió con lo que el día anterior había defendido ante el mismo escenario su compañero de escaños, Joan Tardà. En síntesis, que la manifestación del 20 de septiembre de 2017 ante la Consejería de Economía –convocada para protestar por unos registros ordenados por el juez que investiga los preparativos del referéndum– fue absolutamente «pacífica». «Me chirría que se dijera que aquello era una rebelión o un tumulto peligroso, porque yo fui a merendar. Y yo creo que en una revolución a merendar va poca gente», ironizó el diputado. Y sobre la jornada del referéndum ilegal del 1 de octubre, sostiene que la única tensión y violencia la provocaron las cargas policiales. «Entendíamos que nos enfrentábamos a gente con grandes carencias democráticas, pero no a salvajes; porque es una salvajada apalear a la gente», apostilló Rufián. Otros testigos En una línea similar, pero sin palabras gruesas y con mejores modales, defendieron el carácter pacífico de estas manifestaciones el exsecretario de Podemos en Cataluña Albano Dante-Fachín y el exlíder de los comunes en el Parlamento catalán, Xavier Domènech. Este último, que insistió en que él no es independentista -tampoco lo es Dante-Fachín-, aseguró que el referéndum ilegal del 1-O fue «el mayor ejercicio de soberanía nacional» que él había visto nunca.
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viernes, 1 de marzo de 2019
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» «No me interrumpa»: el juez Marchena impide que el «rufianismo» se adueñe del juicio
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