No vive sus mejores días profesionales Thibaut Courtois. El portero del Real Madrid está en el centro de la diana desde que Zidane eligiera a Keylor en su regreso al banquillo blanco. El guardameta belga llegó el pasado verano a la entidad de Concha Espina con el sello de mejor portero del Mundial, pero su rendimiento a lo largo del curso ha dejado mucho que desear. Además, su titularidad ha sido siempre catalogada como institucional y no deportiva. Primero Lopetegui, y luego Solari, le dieron galones que para muchos no se ganó sobre el terreno de juego, pero con la vuelta de Zidane su situación ha dado un giro de 180 grados que ha sacado el lado más guerrero del belga. «Me considero uno de los mejores del mundo, aunque la prensa española quiera matarme. Me siento fuerte, entrenando y jugando bien», aseguró Courtois tras la victoria de su selección ante Rusia (3-1) en el primer partido de la fase de clasificación de la Eurocopa 2020. Su vehemente reflexión intentó tapar su grosero error que propició el gol de Cheryshev, tras intentar regatear al atacante ruso en su propia área: «Siempre se aprende de los errores», explicó Courtois en su cuenta Twitter para justificar su atrevida acción. Un tachón más en una temporada para olvidar del belga, en la que al menos encontró el apoyo de la gran estrella de su selección, Eden Hazard: «Creo que ve demasiados vídeos míos e intenta regatear como yo». Y es que Courtois no solo está dando que hablar dentro del terreno de juego, sino que además su vida privada le ha provocado algún que otro disgusto y un toque de atención por parte del Real Madrid. El portero belga estuvo varias semanas en el ojo de la prensa del corazón por su relación con Alba Carrillo, la controvertida expareja de Feliciano López, y ahora lo vuelve a estar por su presunto noviazgo con Liz, una exconsursante de Gran Hermano con una mochila de polémicas a su espalda..De Deportes https://ift.tt/2U3e5ks
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