domingo, 3 de marzo de 2019

30 años de la privatización de los astilleros de Canarias

Este 2019 se cumplen treinta años del impulso a la presencia de capitales internacionales en los puertos de las islas Canarias. En las primeras semanas de 1989 el entonces Instituto Nacional de Industria (INI) puso en marcha la venta de Astilleros Canarios para dar entrada en la empresa de la sociedad Italmar, formada por los que siguen siendo sus accionistas: capital insular y griego. Para hacer esta información no se ha hablado con partes mencionadas y establecido comunicación previa alguna. En concreto, lo que hizo el INI, ahora Sepi, fue eliminar el blindaje y convirtió en «libremente transferibles» sus acciones. A partir de ese momento, Italmar, bajo el mando local de Germán Suárez, comenzó a trabajar un escenario: hacerse con el 90% del capital con un plan de negocio lógico para aguantar el pulso de primeros años de pérdidas y la necesidad de limpiar el balance en pocos ejercicios. En aquella época Caja Insular de Ahorros de Canarias, ahora Bankia, tenía una proporción del 10% en el capital de Astican producto de ser la entidad con la que se fundó en 1972. Una presencia motivada por la tesis del Cabildo de Gran Canaria de disponer en la islas de un operador especializado en reparaciones navales. Rolls-Royce Marine En el periodo de creación de Astican operaban empresas como Repnaval, Talleres Jorge, Luis Marrero o José Gaspar. Cuando en 1972 se crea Astican el negocio implicó depositar 600.000 euros. El INI tenía el 60%, unas participadas de Caja Insular de Ahorros el 40% y, los operadores del sistema, un 10%. A finales del los Ochenta, el INI llegó a manejar un 90,04% del capital por las ampliaciones sucesivas que debió realizar a fin de evitar la quiebra. Los profesores de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Óscar Bergasa Perdomo Pedro González de la Fe coinciden en señalar que «desde el punto de vista de los fundamentos de esta decisión para el sector público, podemos afirmar inicialmente que la misma fue positiva y, por consiguiente, plenamente justificada». La creación de Astican la firmó en Madrid el ministro López de Letona, que coincidía con las autoridades canarias en la necesidad de crear un tejido industrial altamente especializado. 30 años después, Astican es socia de Rolls-Royce Marine y ha entrado en divisiones como las tecnologías con Inerza, entre otras participadas en el campo de la logística. Thanassis Laskaridis y su hijo OdysseusCapital griego El desarrollo de Astican bajo la disciplina privada se forjó tras los acuerdos entre Germán Suárez con su socio industrial. Cuando le planteó a Thanassis Laskaridis la tesis de optar a un negocio en reparaciones navales en Canarias le pareció una aventura extraordinaria. Era un plan perfecto tener una base permanente en Canarias y existía magen para afrontar costes de reestructuración para crecer. La empresa griega tenía liquidez de cuando se reestructuró en 1982 y después de sacar partido a su presencia en Stanley Services, que era la compañía que tenía, por ejemplo, el derecho exclusivo a repostar a los barcos que navegan en las aguas de las Malvinas después de la guerra entre Gran Bretaña y Argentina. Para Bergasa y González de la Fe, «durante su etapa pública, las pérdidas se deberán a los bajos niveles de ingresos, a las dificultades de ajuste y reducción de costes y al intenso clima competitivo vivido por el sector. El cambio hacia la gestión privada, y la evolución del sector durante los primeros años de la década de los noventa, no supondrán un cambio en la situación, sino más bien la contención de la tendencia al crecimiento de las pérdidas. Durante esta segunda etapa, sólo en los años 1990 y 1994 la empresa obtendrá resultados positivos», destacan los profesores. Tensión social Para comprender lo que pasaba en Canarias y la dificulta de encontrar socios en la operación, un dato: batalla campal en el Puerto de La Luz entre estibadores y Policía en octubre de 1988. Cuando se perfila en octubrela venta de Astican, que comienza formalmente en febrero de 1989, existía cierre patronal en el Puerto de Las Palmas ordenado por la Sestiba después de casi un mes de huelga. Eligio Hernández era delegado del Gobierno y el ministro del Interior, José Luis Corcuera. El Gobierno debió enviar 150 agentes antidisturbios desde Madrid a Canarias. Casi 500 menores de un centro de enseñanza secundaria fueron escogidos por trabajadores en huelga como escudos humanos contra la Policía, que trabajaba pacificar La Isleta esquina a esquina. Imaginación Thanassis Laskaridis tenía entonces menos de cuarenta años cuando se suma a la compra de Astican junto a su hermano a través de Germán Suárez con Italmar. Fue tras culminar ingeniería en el Reino Unido cuando entró en la empresa pesquera de sus padres con tres pequeños arrastreros congeladores que faenaban en la costa de África occidental. Su hermano Panos se había unido al negocio de la pesca un par de años antes. La extensión de las zonas económicas exclusivas de las naciones de África Occidental complicó mucho el negocio de su padre y, por lo tanto, la primera tarea que debió asumir fue buscar nuevos mercados. Desde esa primera operación, los hermanos acaban en Las Palmas porque estaba en esta ciudad un operador portuario asiático que no les pagaba un dineral que les debía por el uso de un buque. La desgracia de venir a Canarias a cobrar la deuda de un empresario extranjero le generó conocer a socios honestos. Entran en la operación de Astican en 1989 y, en 1991, la empresa comienza a dar beneficios. La receta de la familia griega ha sido la selección de buenos socios, control del riesgo, capacidad de delegar la autoridad y las tareas y, por supuesto, contratar y mantener a los ejecutivos clave. Nuevos mercados Antes de llegar a Canarias, en 1982, los hermanos lanzan Lavinia Corporation tras comprar a socios de India una serie de acciones. El grupo se expandió al transporte refrigerado. A finales de los 80, cuando entra en Astican, la empresa tenían más de cien barcos en propiedad y un número mayor fletados. Después de 30 años en Astican, el grupo familiar griego tiene buques de productos químicos que complementa el negocio de envío y abastecimiento de combustible. Además de Astican, una máquina de generar ingresos, son dueños de Astander desde 1999, tienen operaciones consolidadas en Uruguay. El grupo ha diversificado en otras actividades como juegos de azar, inmuebles, aviación, ferries de pasajeros, turismo y ocio.

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