Cada vez más el Atlético se sostiene en Julián Álvarez, en su instinto goleador, su imponente pegada y su humildad para trabajar sin descanso, peleando cada balón. El argentino provocó sudores fríos en el Real Madrid, en el emergente Asencio y en el imprevisible Rudiger. Todo lo hizo bien el campeón del mundo, pero no tanto para doblegar al Real Madrid en su jardín, la Champions. Vinicius. Desaparecido en el primer tiempo, activo en el segundo, mejor contra Nahuel que ante Llorente. Mbappé. Ninguna ocasión, poca participación, no le salió un regate y el Atlético no le permitió correr. Brahim. Empezó con dudas, lagunas en el pase, y se enmendó. Buscó lo que sabe: regates, fintas. Gran gol. Modric. Cambió... Ver Más
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