domingo, 1 de julio de 2018

Zhirkov, el coleccionista colgado de la guerra

Con una media de edad de 28,1 años, Rusia es una de las selecciones más veteranas del Mundial. Después de una complicada preparación para la anfitriona, no es extraño que el seleccionador Stanislav Cherchesov haya querido apoyarse en un importante grupo de veteranos, entre los que destacan Igor Akinfeev, Sergey Ignashevich o Aleksandr Samédov. Por encima de todos ellos destaca la figura de Yuri Zhirkov, el hombre con el mejor palmarés individual de entre los 23 jugadores rusos, quien a sus 34 años está ante su última oportunidad de lograr algo importante con el equipo de su país. Zhirkov se desempeña en el lateral izquierdo, aunque en los últimos años ha adelantado su posición hasta el centro del campo en el Zenit, el club en el que juega desde hace dos temporadas. En sus inicios destacó por su larga zancada, su potencia para llegar hasta la línea de fondo y por los precisos centros que colocaba en el área. No jugaba por placer, sino por necesidad. Procedente de una familia muy pobre en Tambov, una población a unos 300 kilómetros al sur de Moscú, se convirtió en el carrilero ofensivo más deseado de Europa. Disciplina rusa y técnica brasileña. «Tengo serias dudas de que Zhirkov haya nacido realmente en Rusia, prefiero pensar que pasó toda su infancia en Copacabana», dijo de él Vagner Love, delantero carioca que jugó durante ocho temporadas en Rusia. Fue elegido en el once ideal de la Euro 2008, y un año después Roman Abramovich, propietario del Chelsea, se encaprichó de su compatriota y pagó 18 millones de euros por él, adelantándose al Bayern Múnich. En Inglaterra tuvo destellos de grandeza, pero no terminó de explotar, dicen, por la presión de verse en un país extranjero. Agobiado, pidió a su entrenador de entonces, André Villas-Boas, que le dejase volver a su país. El técnico aceptó, y en agradecimiento Zhirkov le regaló una botella de vodka que el portugués aún conserva con cariño. Zhirkov está casado con la modelo rusa Inna Gracheva y es padre de tres hijos. Es un ávido coleccionista de objetos de la II Guerra Mundial, en especial de todo lo relacionado con la batalla de Stalingrado, y entre sus planes está crear un museo en San Petersburgo, ciudad en la que reside actualmente, para exponer de forma permanente los artefactos que ha ido recopilando durante años. Dos accidentes graves Amante de los coches, Zhirkov ha tenido dos graves accidentes que casi le cuestan la vida. El primero fue en 2005, en su localidad natal. Zhirkov circulaba a una velocidad excesiva y acabó estrellando su vehículo contra un poste para evitar un choque frontal con el coche que le precedía Salió ileso. Tres años después volvió a chocar, esta vez en una autopista cerca de Kaliningrado. De nuevo salió del trance sin rasguño alguno.

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