La Princesa Leonor y la Infanta Sofía siguen los pasos del Rey

El Rey está satisfecho de la formación académica y humana que recibió cuando era un niño y ahora trata de seguir ese mismo esquema, con algunas adaptaciones, en la educación de sus dos hijas, la Princesa de Asturias, que tiene 12 años, y la Infanta Sofía, de 11. Las dos niñas no solo estudian en el mismo colegio que se formó su padre, el Santa María de los Rosales, sino que también han seguido el ejemplo paterno durante gran parte del verano. Igual que hacía Don Felipe (50) en sus vacaciones estivales, Leonor y Sofía han pasado los meses de julio de los últimos veranos en campamentos infantiles por España hasta que coincidían en agosto con el descanso de sus padres y la Familia Real se trasladaba a Mallorca. Cuando Don Felipe cumplió 14 años, Don Juan Carlos (80) y Doña Sofía (79) decidieron enviar al Príncipe y a las Infantas Elena (54) y Cristina (53) a dos campamentos de verano en Estados Unidos, y Don Felipe y Doña Letizia (45) han hecho lo mismo este verano con sus hijas. El Rey ha querido que las Infantas vivan una experiencia tan enriquecedora como la que vivió él en julio de 1982. Lejos de España, el Heredero de la Corona disfrutó de unas semanas de anonimato en las que aprendió a ser autosuficiente y a trabajar en equipo. Todo ello, en contacto con la naturaleza y en convivencia con jóvenes de distintos países para quienes era uno más. El príncipe en el cursillo de perfeccionamiento deportivo - Europa Press En aquel momento tampoco se dieron a conocer los detalles del campamento elegido por los Reyes, con el fin de que sus hijos pudieran desenvolverse en un ambiente de normalidad alejados de las cámaras y del trato preferencial. De hecho, cuando Don Felipe pasó el verano en un campamento en Estados Unidos, ABC dio la noticia de forma muy escueta: «Las Infantas españolas, Doña Elena y Doña Cristina, así como el Príncipe Felipe, se encuentran en sendos campamentos juveniles estadounidenses. El campamento femenino al que acuden las Infantas permite un rápido perfeccionamiento del inglés, y no ha sido revelada la verdadera identidad de Doña Elena y Doña Cristina para evitar trato preferencial». Lo cierto es que aquella estancia de Don Felipe en Estados Unidos pasó casi inadvertida en España. El Príncipe estuvo en Kawanhee, un campamento solo para chicos, fundado en 1920 en un lugar idílico rodeado de bosques y montañas, a orillas de un lago junto al pequeño pueblo de Weld (420 habitantes), en el condado de Franklin (Maine). Con sus primos y Fuster Doña Sofía llevó hasta allí a su hijo y fue a recogerle el último día, y Don Felipe estuvo acompañado durante su estancia por sus primos Pablo (51) y Nicolás de Grecia (48) y su amigo y compañero de colegio Álvaro Fuster. Al Príncipe y a Pablo se les destinó a la cabaña «Oso», donde el Heredero plasmó su firma («Felipe 82») en uno de los tablones de madera de la cabaña, junto a los de otros compañeros. En Kawanhee las jornadas empezaban con el tradicional izado de la bandera antes de participar en diversas actividades. Don Felipe solo pasó un verano allí, pero le gustó mucho la experiencia principalmente porque le trataron como a una persona normal. El Príncipe practicando natacióm - Luis Ramírez Antes de su aventura americana, el Príncipe también había ido a otros campamentos en España. En 1979 asistió a un cursillo de supervivencia al aire libre en el Monasterio de Lluch (Mallorca), en 1980 participó en el «Encuentro Almogabar 80» en Aldeanueva de la Vera (Cáceres) y en 1981 en el campamento «Batidores» situado junto al embalse del Gorg Blau (Mallorca). A estas experiencias se sumaron otros cursos de verano, como el que hizo en 1977 para perfeccionar la natación en el centro deportivo Cuartel de la Montaña, de Madrid; el de perfeccionamiento deportivo «Gaviota 79» que realizó en la escuela de verano de Palma Nova o los tradicionales cursos de vela de Calanova.

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