
Apenas un año. Así ha sido la breve historia de Mila Ximénez en el mundo empresarial. En noviembre de 2017, la colaboradora de «Sálvame» lanzaba su propia línea de joyas junto a Gustavo Marinaro, diseñador argentino que daba forma a estos complementos a partir de piedras preciosas. Al contrario de cómo suele ocurrir, su comienzo fue espléndido. Su amistad resultó tan fructífera que volcaban esa buena energía en la empresa. Ella lucía orgullosa sus piezas en televisión, pero desde hace unos meses Mila ya no se comporta igual. Mila Ximénez y Terelu Campos junto al diseñador Gustavo Marinaro en 2017 - GTRES Según informa «Jaleos», la relación entre el diseñador y la colaboradora se ha roto; y de la mano de esta ruptura ha llegado inevitablemente el fracaso del negocio conjunto. Lejos de lo que parecía al principio, su debut en el mundo empresarial no fue el esperado. Aunque se habló incluso de la opción de abrir una tienda física, Mila se descubrió a sí misma cuando, a través de la redes sociales, le deseó suerte a su amiga Terelu que iba a invertir en el mismo negocio que ella: «Ojalá te vaya mejor que a mí». Gracias por tu trabajo. Gustavo Marinaro Me siento muy segura trabajando con los mejores. Una publicación compartida de Mila (@milaximenezoficial) el 10 Dic, 2017 a las 11:28 PST Prueba de la mala situación de su empresa se refleja en las diferentes páginas web de ambos: el portal de ella se encuentra en «mantenimiento técnico activo» y el enlace de Marinaro redirige a una dirección donde no queda huella de la periodista. Según el mismo medio, las joyas llevan meses sin venderse en las tiendas. «Hace varios meses que Mila ya no es imagen de Marinaro, ya no trabajan juntos», confirmaba una fuente a «Jaleos».
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