Ancelotti y la cuadratura del círculo

El Madrid, no sin sufrimiento y sustos mediante, pudo quitarse el desagradable sabor de boca de la Supercopa. Sigue dejando algunas dudas su juego, irregular e imprevisible, plano y plomizo por momentos. Pero al final sacó el billete para la próxima ronda no sin antes complicarse la existencia con varios inexplicables tiros en el pie. Endrick fue la viva imagen de este encuentro: a ratos caótico, a ratos brillante. Pero la mejor noticia para el madridismo, aparte de la clasificación, fue la confirmación de que Mbappé ya es otro. En la serie Cosas de casa, el inútil y torpe Steve Urkel, tormento de sus vecinos los Winslow, inventaba en el laboratorio/sótano de su casa una máquina en la que se... Ver Más

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