domingo, 3 de marzo de 2019

Loewe y el sport de vanguardia

Loewe presentó ayer su colección de Otoño-Invierno 2019-20 con una contundente serie de prendas imaginativas en su reconocible estilo. Jonathan Anderson volvió a dar una vuelta de tuerca a la modernidad, sin olvidar los materiales clásicos de la casa, concentrándose en construir un guardarropa de sport vanguardista y personal. Desfilaron abrigos de cuero y pieles, trajes de pantalón de satén, kimonos y prendas de punto. Predominaron el blanco y el negro, los tonos verdes y algunos tejidos a cuadros y rayas. Anderson combinó de modo curioso vestidos blancos de organza de corte aniñado sobre pantalones pitillo en Príncipe de Gales, faldas de flecos metalizados con twin sets de punto y alguna falda larga de vuelo en satén con zapatillas de corte deportivo. También se combinaron el organdí con el punto acanalado y las prendas de bolsillos inclinados con las mangas acampanadas. Brillaron las chaquetas y los abrigos a rayas y cuadros. Entre los looks más sobresalientes, destacamos un originalísimo conjunto de pantalón de corte pijama en seda azul con ribete en rojo, combinado a la perfección con unos mocasines babucha en cuero escarlata. Los abrigos verdes de corte austero y solapa ancha fueron otro de los puntos fuertes del desfile, mientras que no faltaron estelares camisas blancas e impecables abrigos negros. Reinan los accesorios Pero si algo llamó la atención sobre los demás elementos eso fueron los accesorios. La serie de bolsos que desfiló en la sede de la Unesco fue extremadamente variada. Se presentaron modelos exitosos revisitados, recuperándose el «Puzzle» en tela de cuadros, pieles exóticas y cuero bicolor. El «Gate» se retomó en piel a rayas y el Lazo en modelo mini. Y se lanzaron modelos cruzados y extraplanos muy siglo XXI, alternándose con algunos bolsos de mano de corte retro inspirados en las siluetas mas tradicionales de los años 50. Destacaron los fascinators tipo casquete inspirados en el conocido sombrerero de mediados del siglo pasado, «Coret», que sirvieron más que nada como curioso atrezzo e hilo conductor. Aunque sin duda, la propuesta estelar del desfile fueron los zapatos, un variado repertorio de piezas curiosas que dejaron patente que en la actualidad no hay limites para la expresión de la individualidad femenina y se ofrecen propuestas cada vez más cómodas. Botas y mocasines Destacaron las esculturales botas de cuero en rojo y en negro, con pedestales de madera cincelada. Los mocasines en punta, en negro, blanco y rojo, presentados a modo de babucha. No faltaron tampoco los zapatos de salón clásicos ni las sneakers en napa camel o blanco para combinar con faldas y pantalones. La instalación creada por Jonathan Anderson para el desfile recreaba una exposición de retratos -pinturas del XVI y XVII- en pequeños camafeos muy bien iluminados, que sirvió de escenario ideal para el discurso sobre la dicotomía modernidad-tradición que la colección pretendía. La propuesta de Loewe ha mostrado un nuevo guardarropa de sport con elementos diferenciadores tanto en prendas como en accesorios, adaptado a una mujer que busca mostrar su individualidad con un sport de vanguardia.

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