domingo, 31 de marzo de 2019

Una histórica tiara de Fabergé será subastada en mayo

La exquisita tiara de Fabergé, de delicado diseño, que Federico Francisco IV, Gran Duque de Mecklenburg-Schwerin, regaló hace más de un siglo (1904) a su novia, la Princesa Alexandra de Hanover y Cumberland, será subastada por la casa Christie’s el próximo 15 de mayo en Ginebra. Angela Berden, especialista en tiaras de la firma y que trabajó durante largos meses para organizar esta venta, explica a ABC que «tendrá un carácter excepcional no solo porque actualmente sea casi imposible hallar en el mercado una tiara de Fabergé, sino porque además tiene noble linaje». «Recuerdo haber vendido en Londres, en 2008, otra fabulosa tiara de Fabergé. Sin embargo, esta es aún más bella ya que combina muchos factores que la convierten en una joya de excepción, aunque las aguamarinas sean piedras semi preciosas, con simbólico diseño formado por flores atadas por cintas que representan el amor», cuenta Berden. Esta es la primera vez que esta tiara será subastada por sus actuales propietarios, descendientes de Alexandra de Hanover. «La joya ha permanecido siempre dentro de la misma familia. Sin embargo, no puedo revelar la identidad exacta de sus dueños, que como en el 90% de este tipo de casos, prefieren conservar el anonimato», añade. Berden insiste en que «lo verdaderamente importante sobre esta tiara es el hecho de que fuera un regalo de boda del Gran Duque Federico Francisco IV y que la joya fuera encargada al prestigioso joyero ruso Fabergé porque su madre, la Gran Duquesa Anastasia Mikhailovna de Rusia, era una gran amante de sus creaciones». Un regalo de boda Un regalo de boda que no llegó a tiempo para la ceremonia porque el Gran Duque la encargó en el último momento y Fabergé no tuvo tiempo de ejecutar el ilustre encargo declarando que en dos semanas era imposible realizarlo. Lo que el joyero propuso fue mandar un boceto de la tiara para que la novia pudiese verlo. La correspondencia intercambiada entre la familia Mecklenburg-Schwerin y el célebre joyero, que contaba entre sus clientes a numerosos miembros de la realeza europea, demuestra que existieron dos propuestas: una tiara solo con diamantes, que costaría 10.000 rublos, de entonces; y otra de aguamarinas y diamantes por valor de 7.500 rublos. Tan sólo dos semanas antes de la boda, Fabergé no había recibido aún la confirmación del pedido y envió al Gran Duque varias misivas reclamándole que le devolviera los bocetos, ya que no podría avanzar si no los recibía de vuelta. El joyero finalmente realizó la joya más tarde y el día de la boda la Princesa Alexandra lució la tradicional tiara nupcial de Hanover. El precio de salida de la tiara ha sido estimado entre 205.000 y 303.00 euros.

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