lunes, 1 de abril de 2024

Saúl acaba en Villarreal con la mala racha del Atlético a domicilio

PESTAÑA j30-villarreal-atletico-liga23/24 Crónica 4 Nadie mejor que Saúl , jugador necesitado de cariño y buenas actuaciones, para poner fin a la infumable estadística del Atlético lejos de su estadio. Después de tres meses de sequía, la victoria a domicilio llegó en Villarreal, feudo complicado que asaltó con suspense, pues el VAR se empeñó en buscarle algún pero al tanto del canterano cuando el partido agonizaba. Pero era gol, no había duda. Y el Atlético lo celebró con rabia pues sacó adelante las dos tareas que perseguía en La Cerámica. Dos objetivos que cabalgan juntos, pues si no se consigue el uno, el otro será imposible. Ahora el Atlético vuelve a ganar fuera de casa y le recupera el puesto al Athletic en la lucha por la última plaza de la Champions . Ha habido partidos, muchos, en los que el Atlético ha facturado las primeras partes con un excesivo desdén. No fue el caso en Villarreal, donde salió mejor el conjunto rojiblanco, combativo, con verdadera intención de ganarse los tres puntos. Había varias cosas en el once rojiblanco que llamaban la atención, sobre todo la apuesta por Memphis en lugar de Morata, y la coincidencia en el campo de Riquelme y Lino, dos hombres que suelen competir por el mismo puesto. La ausencia de De Paul provocó que el brasileño se ubicara como interior. Villarreal 1 - Atlético 2 Jornada 30 de la Liga Villarreal Jörgensen; Mosquera, Albiol (Pedraza, min.81), Mandi, Jorge Cuenca; Coquelin (Alex Baena, min.65), Capoue (Santi Comesaña, min.65), Parejo; Gerard Moreno (Traore, min.81), Sörloth y Guedes (Morales, min.71). Atlético Oblak; Llorente, Witsel (Azpilicueta, min.66), Giménez, Reinildo, Riquelme (Savic, min.46); Koke, Pablo Barrios (Saúl Ñíguez, min.84), Samu Lino; Griezmann (Correa, min.66) y Memphis (Morata, min.66). Goles 0-1, min.9: Witsel; 1-1, min.50: Sorloth; 1-2, min.87: Saúl Ñíguez. Árbitro Melero López (C.Andaluz). Amonestó a Capoue (min.27), a Parejo (min.58) y a Mosquera (min.94) por parte del Villarreal y a Griezmann (min.26), a Barrios (min.62) y a Saúl Ñíguez (min.92) por parte del Atlético de Madrid. Estadio La Cerámica. 19.679 espectadores. Fue Lino, precisamente, el primero en darle un sentido a la presión asfixiante del Atlético. Apenas habían transcurrido unos minutos desde el pitido inicial cuando Griezmann le filtró un pase sublime que no llegó a aprovechar. Pero fue el preludio del gol de Witsel, que el belga anotó tras peinar con todo lo 'afro' el saque de esquina lanzado por Riquelme al primer palo. El Atlético se relamía con ese gran inicio. Todo parecía funcionar. El centro del campo les pertenecía y Riquelme era un torbellino que sacaba de quicio a Mosquera. Memphis, con un remate demasiado manso, y Llorente, al que Jorgensen sacó una mano prodigiosa, rozaron el segundo antes de que los de Simeone diesen el habitual paso atrás. El gol había sumido al Villarreal en una especie de atontamiento del que les costó salir. Y cuando lo hizo, el partido se envileció. Mosquera, demasiado acelerado, reclamó un penalti por un manotazo en el área de Giménez, mientras Parejo y Gerard -suya fue la mejor ocasión de los locales en el primer acto-intentaban poner cordura en los ataques amarillos. Pero al Atlético (oh, milagro) le funcionaba incluso la defensa, con un Witsel imperial, inconmensurable. Y, agazapado, seguía teniendo las mejores oportunidades al contragolpe. Un cambio decisivo La segunda mitad comenzó con sorpresa y gol. Simeone dejó en el banco a Riquelme, tal vez el más incisivo de los suyos en los primeros 45 minutos. Y el cambio provocó que Witsel pasará al centro del campo para que Savic ocupara la posición del belga. De eso se aprovechó Sorloth, que escapó del control del montenegrino para conectar el tanto del empate. Una sucesión de calamidades. Ahí empezó a lamentar el Atlético las ocasiones perdidas, la falta de pegada. Comenzaron a sobrevolar los fantasmas de siempre mientras el submarino despegaba. Con el viento a favor, los de Marcelino saben jugar muy bien. El técnico asturiano se hizo cargo del equipo amarillo, precisamente, tras una dura derrota en el Metropolitano. Y en sus cinco meses escasos en el banquillo ha tenido de todo: sonoras derrotas y campanazos históricos, como el 3-5 al Barça en el Camp Nou. Pero en los últimos tiempos solo pintaban oros. Suyo era el control y la sensación de peligro, mientras el Atlético se empeñaba en llegar al área rival en los menores pases posibles. Luego, los cambios llegaron de golpe y mejoraron algo a los rojiblancos. Correa asumió el papel de agitador que había tenido Riquelme en la primera mitad, mientras que Morata se pegaba con todos sin demasiado éxito. Se abrió el partido, preludio de que podía decidirse en cualquier jugada aislada. Parejo no acertó en la mejor llegada del Villarreal, pero Saúl no perdonó en la siguiente.

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