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El pasado mes de octubre, tras la vuelta del verano, la Comunidad de Madrid recibió 176.197 viajeros (sólo un 20,3% extranjeros, la mayoría franceses). Una cifra nada desdeñable si se tiene en cuenta la dramática situación que atraviesa el sector turístico en la región –a excepción de los alojamientos rurales–. Dato que supone estar un 85,02% por debajo de los niveles que había solo un año atrás y que, como consecuencia, mantiene cerrados aún dos tercios de los establecimientos hoteleros. Así lo asegura la Asociación Empresarial Hotelera, cuyos registros de ocupación para el pasado puente no superaron el 15%. Atrás queda un lustro de récords de visitas. Así las cosas, la región ha intentado «capear» –utilizando los propios términos de la consejera del ramo Marta Rivera de la Cruz– este pésimo escenario apostando por el turismo de proximidad como tabla a la que aferrarse para sobrevivir. Y ya se ha comenzado a tocar la puerta del turista norteamericano invirtiendo un millón de euros, a seis meses vista, que espera recoger resultados tras la vacuna. Después del agobio de los obligados cierres y las restricciones por criterios sanitarios, los empresarios llevan meses denunciando el riesgo de quiebra de miles de establecimientos por no poder cubrir gastos fuertes como los alquileres. Bares y restaurantes han visto mejorar algo durante los pasados puentes de la Almudena y de la Constitución. Solo en este último, la Asociación Hostelería Madrid calcula que se facturaron en torno a los 42,9 millones en el conjunto de la Comunidad. Un 20% más de lo que se venía haciendo, tal y como informó hace unos días este diario. No obstante, la alegría es todavía contenida y el pulso de la vida, en las calles, aún sigue siendo irregular con víctimas sonadas como el tablao Casa Patas o el histórico Zalacaín, que cerró para siempre el mes pasado. Peor están los empresarios de la noche que aún no han podido abrir, salvo aquellos que se acogieron a la posibilidad de reinventarse como restaurante-espectáculo. Sin embargo, en la agenda de artes escénicas, exposiciones y eventos ha demostrado cierta «normalidad» respecto a otras capitales europeas, aunque con diferencias de ritmo entre la iniciativa pública y la privada, pese al programa de patrocinios que «permitió reabrir 41 salas». La Comunidad y el Ayuntamiento han sacado adelante sus festivales incluso con aforos reducidos. Por el contrario grandes producciones, como los musicales, aún no han vuelto. Sí la ópera y la zarzuela. En estos meses, la Comunidad ha puesto a disposición de los distintos sectores líneas de ayudas: 44 millones de euros en avales, por ejemplo, para la hostelería; u otros 4 para los tablaos; además de otras para creadores, libreros, artistas, o los videojuegos. «Más que ayudas aquí lo que se ha dado es trabajo. Se ha programado muchísimo», defiende la consejera.
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