lunes, 11 de mayo de 2020

La desescalada de Asensio

Sesenta días después de que el jefe de los servicios médicos del Real Madrid, el doctor Niko Mihic, anunciara al primer equipo que estaba corriendo un riesgo grave en Valdebebas por el positivo del compañero de la sección de baloncesto Trey Thompkins, el equipo dirigido por Zidane volvió a pisar la hierba de la ciudad deportiva. Fue un día de contrastes, con la ilusión de volver a entrenar y la perspectiva de poder retomar el campeonato dentro de un mes, pero también la extrañeza de la nueva rutina impuesta por el protocolo, que casa poco con la idiosincrasia de un deporte de equipo como es el fútbol. Fueron un total de 28 jugadores, todos los miembros de la primera plantilla más Altube y los canteranos del Castilla Javier Hernández y Luis Federico, los que ayer se ejercitaron en dos turnos, el primero a las 09.00 y el segundo a las 11.00. En este último estaba Marco Asensio, que técnicamente no se puede decir que entrenó con normalidad junto al resto del grupo, porque las sesiones fueron individuales como marca la fase cero de la desescalada, pero está en condiciones de ser uno más de la plantilla en cuanto las sesiones de trabajo empiecen a ser de entre seis y ocho jugadores, como indica la fase uno. «Marco está como un roble de pierna y de ánimo», cuentan desde el vestuario, contento de ver al balear ya recuperado de la grave lesión de rodilla que sufrió el pasado verano durante el segundo partido de pretemporada de la gira norteamericana, ante el Arsenal. Asensio, en un mal apoyo, sufrió una rotura del ligamento cruzado anterior y del menisco externo de su rodilla izquierda. Un palo para el balear, que había regresado de vacaciones como un toro y estaba siendo el futbolista de mayor rendimiento de la pretemporada hasta ese maldito 24 de julio. Operado el 7 de agosto por el doctor Manuel Leyes, la fecha prevista de su regreso al equipo se fijó para la segunda quincena de abril, un plazo que cumplía con disciplina militar gracias a un exigente trabajo de recuperación de ocho diarias, seis días a la semana. Incluso en las vacaciones de Navidad mantuvo el acelerador pisado, consciente de la importancia de la rehabilitación en una lesión de este tipo: «Hay que cruzar los dedos porque muchos de estos casos tienen recaídas, y no solo en la misma pierna sino también en la otra, que se fuerza en exceso para proteger la lesionada», explican en el club, esperanzados de poder ver de nuevo a Asensio como un jugador apto, pero también cautos a la hora de analizar su regreso. Una cosa es el alta médica, que la tiene, y otra es el alta competitiva, que la irá puliendo durante estas cinco semanas de entrenamientos y, sobre todo, cuando regrese la Liga a mediados de junio. Dos «fichajes» Salvo paso atrás o contratiempo inesperado en esta pretemporada primaveral, Asensio será un fichaje con mayúsculas para el desenlace de la Liga. Un arma más para el Madrid, que necesita recuperarle dos puntos al Barcelona para acceder de nuevo al liderato y depender de sí mismo para ganar el campeonato. Con Asensio, los de Zidane ganan en verticalidad, zancada, disparo de media distancia y velocidad en las transiciones. Fue el técnico francés quien apostó por el en el verano de 2016 y cuatro años después su confianza en el balear sigue intacta. Otra incorporación inesperada fue la de Hazard, como Asensio, beneficiado por el parón de la emergencia sanitaria del coronavirus. Operado hace dos meses en Dallas de una fisura en el peroné distal derecho, ya no se contaba con él hasta la próxima temporada, pero ahora será otro «fichaje» más. Ayer tocó balón y se le vio fino: «Tiene muy buena pinta», revelan en el club.

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